viernes, junio 30, 2006

PELICULAS IMPRESCINDIBLES: LA DELGADA LINEA ROJA



Título original: The thin red line
Dirección: Terrence Malick
Guión: Terrence Malick, a partir de la novela homónima de James Jones.
Interpretación: Sean Penn, Adrien Brody, Jim Caviezel, Bien Chaplin, George Clooney, John Cusack, Woody Harrelson, Elias Koteas, Nick Nolte, John C. Reilly.
Duración: 171 minutos
“Esta gran maldad, ¿de dónde viene?, ¿cómo todavía no acabó con el mundo?, ¿de qué semilla, de qué camino partió?, ¿quién hace esto?, ¿quién nos está matando?”, se escucha una voz que continúa preguntando. Durante esos momentos –al final de la toma de la colina frente a los japoneses, el segmento de acción bélica que “estructura” La delgada línea roja– no hay sonido ambiente, y la música de Hans Zimmer prosigue su improbable competencia con el impacto (est)ético de las imágenes de Terrence Malick. Lo único que se escucha como ruido del universo del relato –en el que evidentemente hay gritos, lamentos y mucho movimiento– es un disparo que remata a un prisionero. Y ese sonido es tan lacerante que podría considerarse en sí mismo como un manifiesto antibélico.
Pero el tercer largometraje de Malick en veinticinco años no es una película antibélica, ni bélica, y por momentos uno se ve tentado de decir que esta sucesión de horizontes filosos y primeros planos ni siquiera es una película. La enorme ambición de estas imágenes y sonidos se propone cuestionar temas como la vida y la muerte, el amor y el odio, el mundo, la naturaleza, la humanidad y otros de similar tenor. Film excéntrico y libre, el estar vaciado de temor al ridículo le permite acceder a lo sublime. Los elementos genéricos que toma de la tradición bélica (las cartas de amor, el recuerdo de los seres queridos, el enfrentamiento a las decisiones de los superiores, incluso el reparto multiestelar masculino) son subvertidos, embellecidos y nunca envilecidos, para ser vertidos en un, por una vez es justo y correcto decirlo, poema fílmico.
Mientras vivimos en un mundo que, a fuerza de eslóganes y fanfarrias de serialización periodístico, intenta disecar la complejidad del mundo y ofrece bestiales simplicidades supuestamente emotivas, La delgada línea roja se carga el dolor de la guerra, sus razones y sinrazones, su locura y también su cordura. Lejos de los facilismos pacifistas y más lejos aun del menor atisbo de cinismo, Terrence Malick usa La delgada línea roja, que a su vez usa la guerra como tema que ofrece muchas derivas, para cuestionar el modo en que experimentamos nuestras seguridades, el modo en que vivimos nuestros supuestos y la manera en la que creemos que la realidad es eso que estamos convencidos de conocer o desconocer; para el caso es lo mismo, el problema es la asertividad. Tal vez suene muy pero muy ingenuo, pero La delgada línea roja devuelve con extrema lucidez intelectual todas las lágrimas que hace brotar cada vez que la vemos.
Musica insidental muy inspirada, imagenes de antologia como aquella de la mujer sobre el columpio vista desde abajo; esta peli la tienen que ver de todas maneras algunas vez, aun si no les gusta nada el cine belico (como a mi), pero no habia visto nada tan novedoso e imaginativo desde Apocalypsis now.
Esta pelicula estubo nominada a muchos premios de la academia de Hollywood, pero no gano ninguna; ya sabemos que las mejores peliculas y los nuevos clasicos jamas recibiran la atencion de tan mezquino jurado y venido-a-menos galardon.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hi people
I do not know what to give for Christmas of the to friends, advise something ....

12:00 p.m.  

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