jueves, octubre 05, 2006

HUMO ES TODO LO QUE HA HABIDO EN MI VIDA

Antes de empezar les comento que este post es una reedición de uno de mis primeras crónicas publicada originalmente en junio de este año, entonces no me leía nadie (jajaja) y estaba desterrado al onanismo en un oscuro rincón del cyber espacio. Es así que lo pongo nuevamente a disposición de mis lectores y con ello enmendar que no les tenga nada preparado de manera original, pues ando sin inspiración pero estoy preparando con anticipación mis futuras notas para que esto no me vuelva a pasar. Ah, también se acerca mi post numero 100 y supongo (conociéndome) que celebrare como es debido. Humos de por medio, claro.


Fumar... o aquel endiosado tanto como desterrado de los vicios humanos, me corrijo: de los vicios humanos y de nuestros primos lejanos como son los chimpancés, pues los he visto haciéndolo por Animal Planet.
Yo como todos, caí muy joven en la tentación, recuerdo aquellos “cartones” de Marlboro rojo que mi padre dejo de atesorar (pues dejo de fumar el muy mosca), y que les tenia en cantidades generosas en una simple caja donde almacenaba sus naipes, dados, Playboys y demás vicios pasados.

Pues yo niño curioso entonces a los once años recuerdo haber prendido mi primer cigarro frente al espejo (pues claro, para ver como me veía), a ver si era cierto que un cigarrillo en la mano té hacia ver más maduro, interesante e inclusive sexy. Pero no, pues el espejo me devolvió esa imagen cliché, pues me veía como era: un niño tonto con un cigarro en la boca (una burla mas a esta altura de la vida no importa), solo me consuela el saber que no me atragante con mis primeras pitadas inmaduras como normalmente se suele asociar a esta inocente curiosidad, luego de aquella experiencia pasaron un par de años antes que le volviera a encontrar interés a los humos y las poses.
A los trece o catorce años ya fumaba secretamente con mis amigos de colegio (también ellos secretamente), ante cualquier oportunidad de soledad adulta o en alguna casa dejada en manos de irresponsables adolescentes, pero fue recién a los dieciséis que aprendí a “golpear” y luego pase a mascar tabaco (jeje, es broma) y hasta ahora no dejo los golpeteos.

Recuerdo que en ese entonces ni a mi padre o hermano le hacían menuda gracia mis hazañas, regañándome siempre que podían al encontrarme con algún cigarrillo escondido, con la ropa oliendo a humo nicotínico de Lucky Strike (mi marca favorita entonces); pero fue también entonces que en una ceremonia de gala, de esas en las que toda la familia tiene que asistir muy guapos y arreglados para la ocasión, estando con los míos muy mono yo, en que algún bien intencionado anfitrión nos invita cigarro para la ocasión, todos se negaron... excepto yo.
Hubieran visto la cara de mi padre cuando muy nice yo, fumaba y exhalaba el humo por la nariz y/o boca tratando de acertar en su cara molesta, mientras que él, impávido pensando de seguro quien me había enseñado tan bien ese oficio mientras que yo descaradamente devolviéndole la mirada con una expresión de: ¿Qué pasa compadre?, realmente de antología.

Fueron pasando los años, fueron cambiando mis gustos y así, de Lucky a Marlboro blanco, de Marlboro blanco a Lucky light. Y sin darme cuenta me convertí en fumador, fumaba en casa, al salir de casa, al salir de clases, al irme de juerga, mientras bailaba, mientras tomaba, sintiéndome muy en onda, muy iluso yo.Pero no sé en que momento le deje de ver la gracia, pues en invierno no me calentaba (como era mi excusa) y en verano ni me estimulaba como yo quería creer. Recordando aquella anécdota verídica de mi padre en la que él, fumador de años y constante, como en una noche de póquer con sus amigos llego a apostar que dejaría el cigarrillo... y lo hizo, así sin aspavientos ni medias tintas, sin fumadas a escondidas por ansiedad y que mejor ejemplo me pudo implícitamente dar, pues cuando esto ocurrió yo era solo un niño, pero la escena me ha quedado tan vivida, que años mas tarde cuando necesitaba un verdadero motivo sobre si dejar ese feo vicio, use aquella anécdota como inspiración.

Hoy día no he dejado de fumar, pues mi objetivo real y cumplido era disminuir aquel ritmo que a los diecinueve años me hacia consumir hasta tres cajetillas semanales sin remordimiento alguno, sin consejo paterno, pues en aquellos días vivía solo y lejos de casa. Y hoy día que soy un hombre llego a fumar a lo mucho uno que otro cigarrillo a la semana o ninguno en temporadas muy largas y estoy convencido que algún día lo dejare del todo.
Es así que esta historia se sustenta en el consejo paterno muchas veces menospreciado o pasado de largo por “anticuado”, pero tengo la seguridad que toda experiencia ajena y distante puede servir para alterar una actualidad, que en este momento me ha inspirado también (“de taquito”) a escribir estas líneas.

Así que es verdad eso de: “Mas sabe el diablo por viejo que por diablo”, y con esto no estoy llamando “pobre diablo” a mi viejo (jejeje), sino como un ejemplo de cómo dos generaciones pueden verse vinculadas detrás de una simple anécdota.
Terminaré esta retrospectiva el día que deje por completo el cigarrillo, a sabiendas que ese día dejare de verme sexy como sugirió alguna vez Bette Davis, o Huma Rojo (Marisa Paredes) en “Todo sobre mi madre”, con aquel monólogo con que bautizo esta nota.
Por ahora tengo algo menos de que preocuparme y así puedo dedicarle mi tiempo y mis esfuerzos al más rico de los vicios: las drogas (jajaja... es broma, de verdad es joda, jeje), quise decir: vivir.
Esta nota esta dedicada a todos aquellos que han dejado o están en camino (como yo) de dejar este hábito.

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Que tal monada la de fumar (!)

Me gusta fumar despues de un bembos!

Ri-cO (!)

=)

8:12 p.m.  
Blogger Ursula said...

Bueno congrats por haber reducido drásticamente tu consumo de nicotina. Yo también estoy en el vicio y he tratado de dejarlo varias veces y no he podido, mi fuerza de voluntad es prácticamente nula. A ver si me pongo las pilas y hago algo por dejar el pucho.
Saludos

9:46 a.m.  
Blogger RAHM said...

yo no fumo, pero trato siempre de llevar un encendedor, uno nunca sabe quien te puede pedir fuego ;)

por otro lado, para Malva, hace casi dos años que no voy al Bembo's, aqui en Santiago se extraña :)

10:20 a.m.  
Blogger Gir said...

....desafortunadamente soy fumadora pasiva, me traslado entre los humos de los otros; nunca agarre el vicio, por la resequedad que me dejó en la garganta,en una ocasión que lo utilizé para "quitarme el frio" (y como mencionas tu, efectivamente no funciona jajjaja)....suele antojarseme cuando leo y estoy acompañada de un cafe, como que es la trilogia perfecta, pero aun así mejor no accedo a mis antojos ;)
....bien por ti por tus logros en irlo erradicando poco a poco, solo que dicen que un vicio, es remplazado por otro...sera cierto?

.....saludos en confeti fiestero...bye

1:15 p.m.  
Blogger Dragón del 96 said...

Yo tb tengo el mal habito de fumar... empece como tu (casi), pero esa es otra historia. Ahora tb fumo menos pero mis ultimas semanas me han hecho incrementar mi habito exponencialmente...

Slaudos.

1:37 p.m.  
Blogger Jimena said...

Estoy intentando dejarlo pero no con mucho animo pero por lo menos he reducido el consumo, una cajetilla a la semana

4:58 p.m.  
Blogger Jota said...

Humos mas, humos menos... por lo visto los jovenes cedemos facilmente a la tentacion.

Y he escuchando el mito urbano de que ser fumador pasivo es mas peligroso pero no se si esto sera verdad. En cuestion de humos y gustos no hay nada escrito. Quealivio saber que todos se ven identificados.

Ah, y quizas se reemplace un vicio con otro, pero haber que vicio, ojala sea uno bueno y no dañino.

Saludos a todos.

1:39 p.m.  

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