domingo, octubre 15, 2006

MÁNCORA, DONDE ELLOS Y ELLAS BAILAN OLAS

Los peruanos sí que saben de buen surf. No por nada contamos con la ex campeona mundial de 23 años, Sofía Mulanovich, quien corre olas en Australia, Hawai, Fiji y California, pero aprendió y entrena regularmente en su país. Con más de 2.500 km totales de costa al Pacífico y un mar de aguas cálidas, que en tiempos de invierno requiere de trajes de 3-2 milímetros como máximo, en Perú el surf se vive.
Mientras los aviones aterrizan de madrugada en el aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima, hombres de negocios, profesionales y estudiantes se dirigen a las 5 de la mañana hacia el sector de Punta Hermosa a 44 km de la capital. Entrar al mar, ‘correr tabla’ en playas como Señoritas, Caballeros, Pico Alto o La Isla y regresar a la ciudad listos para comenzar un día en forma, es para ellos un hábito.
Y cuando los surfistas empiezan a trabajar, los turistas ya han salido de Policía Internacional caminando seguros a realizar su conexión a uno de los dos paraísos turísticos de Perú: la sierra y su majestuosa Machu Picchu, o la costa norte, en Máncora, también conocida como la zona de las olas mágicas.
A 110 km de la frontera con Ecuador y con 300 días de sol al año, Máncora, tierra original de las culturas Chimu, Mochica y Lambayeque, es el lugar donde entran y se encuentran las corrientes frías del sur del Océano Pacifico (Humboldt) y las cálidas, provenientes del norte (El Niño). Gracias a este fenómeno, la costa norte de Perú cuenta con diferentes tipos de olas y crecidas durante todo el año, convirtiéndose en una de las zonas privilegiadas para el surf en el planeta, al igual que Hawai.
Antigua caleta de pescadores, hoy convertida en balneario de palmeras y acogedoras hamacas, Máncora se ubica en una zona donde el desierto se funde abruptamente con el mar, en un clima tropical seco, que da lugar a un paisaje bastante único, con plataformas petroleras a la distancia e imponentes puestas de sol.
Cuenta con una extensa red de cómodos y pequeños hoteles en la misma orilla de la playa, y se caracteriza por su ambiente cálido, tranquilo y amable, que combina buenos restaurantes, tiendas de artesanía, cyber cafés, y todo lo necesario para entrar al mar, olvidar el stress y dedicarse en cuerpo y alma a surfear buenas olas.
Máncora es destino elegido por surfistas provenientes de todas partes del mundo. Al llegar, lo primero que impresiona es la naturalidad de sus habitantes que se pasean con sus tablas en traje de baño. Niños de todas las edades y chicas en bikini, con un cuerpo y tostado perfectos, entran y salen del agua como si jugar o descansar no tuviese sentido sin primero surfear. No se trata de fanatismo o algo parecido; el lugar inspira de manera tal, que aprender a remar, pararse sobre la tabla y correr una ola parecen ser el estado natural al que la playa invita.
Es que en esta zona, Perú y sus olas ofrecen a todos algo para elegir. Caracterizada por secuencias largas y perfectas, vientos parejos, tubos (olas con características de túnel) y corrientes remables, el área se adapta a los diferentes niveles de experiencia. Mientras Máncora se caracteriza por tener olas reventando todo el año y con point de izquierdas (dirección hacia donde el surfista inicia el deslizamiento).
Ubicar el punto de entrada a la ola y volar haciendo maniobras son las coordenadas. Pasan las horas, es mediodía y los surfistas recién llegan a la orilla, empapados de una sensación de libertad que se proyecta.
Mancora es destino no solo para surfistas, sino para todos aquellos amantes de la naturaleza y el mar, arenas blancas, aguas cristalinas y mucho que hacer para quienes no se atreven a meterse al mar, en estos días se ha convertido en un guetto de amantes de la playa (no solo surfers), rastafaris, vaguetas y turistas en general, aunque en su mayoria jovenes. Con una vida nocturna muy decente, comida -como siempre- espectacular y casas de veraneo que no tienen nada que envidiarle a las de Asia (donde se encuentran las exclusivas casas de playa de moda a 100 km. al sur de Lima), han convertido a este lugar en un refugio donde destoxicarse de la vida de ciudad.
Esto es vida.

4 Comments:

Blogger Sofia said...

Precioso el lugar en realidad... aunque debo reconocer que yo soy más de montaña que de playas. Saludos!

6:18 p.m.  
Blogger MAR said...

me caíste muy bien.
te invito a mi blog.
cariños,
marcela.

11:11 p.m.  
Blogger Shekinah said...

Debe ser finisimo..............aqui también hay buenas playas..y lugares tocados por la mano de Dios!!!!
Saludos!!!
;)

4:26 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Paooooooooooo (!)

Llevame a la playa!!!!!

Habla padre Martin?!

XD!

(Aqui ya va a nevar... hare angelitos en la nieve!)

=)

*El dia empieza, iremos hacia al sur, que caro esta el peaje, que caro esta el peru, km 40 doblando a la derecha un camino de tierraaaa... (8)

7:41 p.m.  

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