FAST FOOD

He decidido iniciar un movimiento internacional en pro de la comida rápida, Como todo movimiento que se respete, escribiré un Manifiesto y nombrare una mesa directiva. Pero, primero algunos casos reales que ustedes querrán conocer para decidir si se aúnan a mi causa:

CASO 1: A la caza

Los Martinish y los Rencoret han llegado al restaurante sin haber reservado mesa, los que inmediatamente les hace merecedores de un tonito despectivo de parte del encargado. "Veré que puedo hacer...", dice mientras mira una lista de nombres y símbolos indescifrables, que resumen el alcance de su enorme poder. Ansiosos, ahí quedan parados los Martinish y los Rencoret, recorriendo la sala con una feroz mirada depredadora. "¿Por que esos se demoran tanto en algo tan simple como pagar?, si los de allá ya terminaron, ¿por qué no piden la cuenta de una buena vez?”, piensan sus mentes malvadas. Finalmente consiguen la mesa, y ahí están, otra vez esperando, sentados en sillas calientes por el uso ajeno, el mantel lleno de migas, unas cuantas monedas abandonadas y unas copas sucias y vacías.

CASO 2: Invisibles

Margarita y Ana están sentadas hace diez minutos en el restaurante. Han conversado tan animadas que no se han dado cuenta de que nadie ha venido a atenderlas. Cuando Ana siente hambre, busca al mesero con la mirada. Al fondo hay cinco de ellos, tres intentando solucionar una falla de una computadora ( los problemas informaticos son siempre más importantes que los clientes, ¿lo han notado?); allí hay otro, distraído, mirando al infinito a través de una ventana, y él ultimo ordena las copas de una mesa vacía como si fuera lo único que tiene que hacer en la vida. Cuando un mesero repara en Ana, se acerca en actitud displicente, pregunta: "¿Que se van a servir"? "Eeeh... ¿nos podría traer la carta?". Luego de pedir y volver a esperar, empieza la cadena de sustitutos. "Malas noticias, se nos acabo la ternera".

CASO 3: Full equipo

Otro día los Martinish y los Rencoret, reservan mesa en un restaurante car. La anfitriona, de largas piernas y corta pollera, tiene problemas de aprendizaje y se demora en encontrar el apellido en la lista misteriosa. "¿Martines me dijo? Ahh... si, aquí están, mesa 12". Cuatro meseros, uno para cada uno. En perfecta sincronía, corren las sillas, hacen reverencias. Otros dos, mas jóvenes, despliegan mantel sobre mantel, también hacen reverencias y traen las cartas: enormes cartones que impiden ver al que esta enfrente, letra diminuta, cursiva y en frances. Esta recién comenzando el ballet de meseros que se desplazan constantemente alrededor de la mesa, interrumpiendo cualquier intento de conversación, ofreciendo cada cosa con alternativas: "¿mineral?, ¿con gas?, ¿sin?, ¿esta marca o estas otras ocho?, ¿con hielo?. Ello, sin contar la escena del maitre que ha venido a este acto a recitar. En la estrofa de las entradas, es imposible acordarse cual es la segunda opción cuando va ya en la sexta. Con el cuerpo de ballet en pleno, sigue la función por tres horas y media, para terminar en una carísima cuenta.

CASO 4: Minimalista

Lucia y su marido consiguen reservar una mesa en el restaurante mas cool de Lima. están de aniversario. El lugar es como se usa ahora: maderas claras, barra y pisos altos forrados de rojo, luces indirectas, curvas en los muros, grandes sofás imitación de cebra, meseros que parecen modelos de pasarela. Los platos tienen nombres seductores e ingredientes desconocidos, "... semillas de ajonjolí, cuscus, anís estrellado". las descripciones parecen provenir de la etiqueta de un jabón o champú. Fascinante. Lucia y su marido tienen hambre, es tarde y la comida demora. Pero no importa, ahí están, tomando su kir royal con pan con mantequilla. Felices ellos. Por fin llegan los platos. Enormes, de cerámica blanca, muy blanca, no redondos como platos sino como platos que se derritieron en el horno. Al centro, una pirámide minúscula y esponjosa, unos intrincados dibujos hechos con la salsa púrpura al fondo y una ramita de perejil. Es todo. De postre, un cono, minúsculo y esponjoso también, dibujos ídem, pero color verde, sin ramita de perejil.

¿Entienden ahora por que de mi "Movimiento a favor de la Comida Rápida - No a la Buena Mesa?”. Díganme que no es mucho mejor entrar a un lugar normal, piso de plástico, mesas y sillas como de nido escolar, coloridos afiches en las paredes, todo muy, pero muy limpio, incluida la señorita con el trapeador y el aviso "Caution Wet Floor" (siempre en ingles, aunque sea Madrid). Hacer una fila, recitar sin equivocarse la decisión tomada, en forma rápida y fácil, de una oferta luminosa tamaño publicidad de carretera, hecha para analfabetos, foto-precio, foto-precio; pagar un monto razonable, tomar una bandejita y sus porciones higienicamente preparadas y envasadas, y comerse todo en cinco minutos.

Ahora, el manifiesto:

1.- No aceptamos platos con paciencia y dedicación, cuyos ingredientes hayan sido cuidadosamente elegidos para dar variedad y armonía de sabores y/o placer estético.

2.- No aceptamos productos naturales como verduras o frutas. Nada que contenga vitaminas.

3.- Cada plato debe tener el máximo colesterol posible, del malo, no del bueno ni del feo. Se privilegiaran carnes rojas, pollos con hormonas y frituras chorreantes.

4.- No nos vengan a aburrir con elementos superfluos como las especias, el ketchup es suficiente. Y sal, mucha sal.

5.- Nada de vinos ni agua mineral. Solo bebidas gaseosas de todos los colores en envases desechables.Léase, fírmese y archívese.

Para elegir a los miembros de mesa directiva, recibo sugerencias de los amables lectores.