jueves, mayo 24, 2007

LA MALDICION DE LOS MONTESCO Y LOS CAPULETO

Odio las novelas, nunca me ha gustado ese poder de seducción que ejerce sobre la sobre la audiencia femenina y uno que otro hombre no confeso de lo mundano que ofrece la caja boba. A este punto hay que reconocer una cosa: las telelloronas están hechas para ser consumidas ávidamente por las mujeres, quizás porque ellas pueden identificarse fácilmente con algún personaje, o tal vez, por su capacidad de aguante, tienen el temple necesario para suportar una rutina diaria de sufrimientos, engaños y amores imposibles, la fábula rosa con moralina e inverosímil, casi de ciencia ficción. Y todo magnificado por los “creativos” guionistas. Una fórmula adictiva y agotada hace mucho tiempo, pero que sin embargo, aún es capaz de engatuzar a los masoquistas, ya que les es imposible resistirse aunque sea siempre más de lo mismo.

Es por eso que este post va directo al raje gratuito, a la sorna desmedida y la intolerancia de un televidente que no comprende del todo al género femenino (eso hace mucho que estaba claro) y sus gustos mundanos. Luego del post, espero contar con el apoyo de mis congéneres y más de una fémina sublevada de la norma, emancipada de la frivolidad mas trivial que se puede encontrar del otro lado del cristal o del plasma. Para aquellos que disfruten de las telenovelas (y del canal charro de telenovelas), mis disculpas per se; solo pido comprensión y entendimiento al machismo editorial.

Anales de los cebolleros
Las telenovelas se originan con el crecimiento masivo de la televisión, antiguamente un escaso lujo pero para la década de los 50´s del siglo pasado aparece como novedad, influenciada por las radionovelas (que tanto gustaban en la época), el teatro y el cine. Nace la novela propiamente dicha con adaptaciones literarias, narradas de manera fragmentada y ofrecidas al público en pequeñas dosis, las suficientes como para mantenerla cautiva por un espacio de semanas e incluso meses. Gracias a la grabación de imágenes en video, es que realmente empieza el auge, la posibilidad de comerciar un producto localista instó a los noveles creadores de telenovelas a comercializar historias mas densas y de calidad, esto hace necesario traducir las historias a otros idiomas, empezando el negocio latino americano.

El éxito televisivo fue algo no previsto pero inmediato y se debió a la estructura narrativa de la historia que dictaba los cánones básicos de la época; el antagonismo entre el bien y el mal, representado por familias estereotipadas delineadas desde el primer capítulo, se convirtió en la regla, y hasta la fecha se hace uso de este trajinado cliché. Nace el boom de las producciones Made in México, Venezuela y Brasil, tan reconocibles una de la otra, pero sin duda, el reinado supremo siempre fué mexicano y francamente ya aburre. La idea siempre fue hacer un reflejo de la sociedad pero queda claro que la intención se perdió en el limbo del tiempo. Vasta dar una mirada a las actuales producciones que podrán ser hechas en Miami (o sea, a todo lujo mano) o contar con un elenco respetable, pero todo se ve opacado por su falta de innovación. Aunque es de suponer que siempre hay una excepción a la regla.

Mas de los mismo
Hay que decirlo; si en algo son “originales” los creadores de folletines, es en bautizar a sus criaturas. No mas, no menos. Parece que el esmero de estos sujetos solo alcanzó para colocarle un buen nombre, y sus neuronas se quedaron vacías de originalidad, hechas unas pasas. Pues siempre encontramos nombres de impacto, extraños algunas veces, que generan intriga y mucha curiosidad; propiciando la audiencia cautiva desde el primer día. Pero cuando empiezan a desarrollarse los hilos de la historia, las intrigas y desamores, se puede identificar como algo ya visto.
¿No me creen? Aquí les dejo con una selecta lista de nombres de bodrios. Prepárese a reir estafado espectador. ¿Qué pueden tener en común estas novelas?:
“Yo compro esa mujer”, “La pobre señorita Limantur”, “Madres egoístas”, “Colorida”, “Cuna de lobos”, “La chacala”, “Cupido motorizado”, “Yo no creo en los hombres”, Los parientes pobres”, “Amada enemiga”, Alguna vez tendremos alas”, “El alma no tiene color”, “Todo se compra, todo se vende”, “La otra mitad del sol”, “Si Dios me quita la vida”, “La viuda de blanco”, “Cara sucia”, “Los unos y los otros”, “Dulce enemiga”, “Cañaveral de pasiones”, “Sangre de amazonas”, “María la del barrio”, “El premio mayor”, “Perro amor”, “Muñeca brava”, “Mirada de mujer”, “La potra Zaina”, “Amor gitano”, “Te sigo amando”, “La rica Vicky”, “El país de las mujeres”, “Yo amo a Paquita Gallego”, “El ángel malvado”, “Mi pequeña soledad”, “La loba herida”, “La extraña dama”, “Las secretas intenciones”, “Te odio mi amor”, “Dos mujeres, un camino”, Mas allá del puente”, “Amor de papel”, “La mujer prohibida”, “Ojo por ojo”, “Agujetas de color de rosa”, “Mi pequeña traviesa”, “El regreso de la dama”, “Privilegio de amor”, “Cuerpo dorado”…

¡Que cague de risa, caraxo! ¡Cuanta celebración a la estupidez! Algunos son realmente lúbricos. Pero de todo eso se desprenden varias cosas:
1.- El machismo no es un infiltrado latino, es el invitado de honor y siempre lo ha sido. Soben feministas.
2.- El amor es considerado un prohibido, una rara avis del muestrario humano. Pero como buen drama (cebollón), siempre triunfa al final.
3.- Gran parte de los nombres de las novelas son nombres de mujer ¿Qué tiene de gracia eso?

Que espanto, caray. Prácticamente es condenar una novela desde su inicio con semejantes nombrecitos. Pero bueno, nunca faltan los incautos, alguien que se anima a seguir una novela y casi siempre los argumentos de unas se parecen a los de otras. Y los televidentes estafados, conscientes de ello esperan con optimismo que la próxima sea mucho mejor.

Delia Fiallo, te voy a destruir
Delia Fiallo es el anticristo envuelto en un cuerpo rechoncho, arrugado, modosito y con medias de seda. Sigue viviendo en la época de los corsets y las buenas costumbres, de los caballeros y las novias virginales. Donde siempre los villanos son feos y la dupla protagónica es del tipo modelo y fácilmente podría desfilar en Cibeles.
Algunos la llaman leyenda, yo la considero un obstáculo del buen gusto y la realidad. ¿Dónde mierda vivirá, en que planeta, en que siglo? Quizás ella, a conciencia prefirió auto exiliarse del mundo actual y vive en una burbuja vetusta, la muy vetusta. Pero de tonta no tiene un pelo, las millonarias regalías que recibe por sus guiones tan universales, tan sesudos y verosimiles, eso sin contar en las chorrocientasmiles de re-ediciones de sus historias; la han convertido en una mujer autosuficiente que vive de su propio ego, en el sueño dorado de las feministas, pero a que precio: años de tercermundismo y machismo camuflado en sus novelas rosa.

Tipología de las telenovelas
Siguiendo la onda y la historias de mi (ene)amiga Delia, he aquí la nave nodriza, el baul de los recuerdos de donde la Fiallo extrae a sus personajes para tooodas sus novelas. Disculpa reinita.

La protagonista: Pobre pero honrada, burda y no conciente de su belleza, escondida bajo el polvo y la suciedad de los barrios bajos de cualquier rincón de cualquier ciudad sudaca. Algunas veces posee un defecto físico reversible de nacimiento (puede ser coja, bruta, ciega, sordomuda, torpe, traste, testaruda, es todo lo que he sido, por ti me he convertido, en una cosa que no hace, otra cosa mas que amarte…). Y todo esto no es más que una obvia artimaña para generar lástima. La audiencia femenina debe lograr identificarse con ella ya que es un pancito de dios, mientras que la audiencia masculina siempre anda a la espera de que se le levante la falda más de lo debido o que se le escape un seno de su ropa desgarrada. Es la encargada de llevar el pan a la casa; siempre termina trabajando como empleada doméstica, ambulante o payaso y esta destinada a conocer al galán de pura casualidad. Otra genialidad de los guionistas charros.

La familia de la protagonista: Depende de la historia, ya que puede ser una huérfana muerta-de-hambre que vive con unos parientes pobres (mas pobres aún), o una dizque huérfana que en realidad no lo es, sino, que fue abandonada y/o regalada por su madre en algún momento de locura, ella esta condenada a hacer lo propio en su momento; o finalmente, vivir con su familia que es un nido de víboras. Casi siempre uno de los progenitores esta muerto, por lo que nuestra heroína debe pasar las de Caín para sustentar a su familia, que por lo general esta compuesta de un(a) hermano(a) rebelde (si es una hermana se deja embarazar a lo largo de la historia), el(la) progenitor(a) alcohólico(a) y el infaltable hermano pequeño, medio mongoloide, de función meramente decorativa y sin conflictos interiores, solo le profesa tácitamente un amor incestuoso por su hermana.

El galán: Generalmente es un mozalbete despreocupado y libertino, que llegado el momento (o sea, con la muerte del patriarca) tendrá que hacerse cargo de la empresa familiar, sentar cabeza y él, como es de esperarse, se faja.
Cuando conoce a la protagonista, se encapricha con ella y tiene la intención de divertirse y tirarse un buen polvo, total, esta muy mona la güera; pero lo inesperado sucede y sin darse cuenta nace en su interior el amor, por el cual estará dispuesto a cambiar incluso sus motivaciones y personalidad, con tal de reconquistar a su amada, que para ese momento ya no cree en los hombres y ya va preñada de uno.

El hijo pródigo: En el génesis de las novelas suele haber un hijo regalado o perdido en algún momento de locura, que se cría sin saberse adoptado. Cuando sea mayor será la protagonista; y la madre biológica, abnegada y sin poder dormir, tratará de redimirse de su pasado y encontrar a este hijo de nadie. Cuando le encuentra descubre que es la hija de su archienemiga, la empleada de su propia casa, la amante de su marido (el mito de Electra con guacamole). De todas maneras es un nadie, pero su suerte esta por cambiar.

La familia rica: Con mucho dinero y nadita de escrúpulos, o con poco dinero pero debe mantener las apariencias.
Otro caso es que el galán ya se encuentre comprometido y/o casado, con una mujer caprichosa, superficial y nada mas. Que hostigará a la heroína cuando se sienta amenazada y llegado el momento enfermará terriblemente, para finalmente dejar vacante su lado de la cama y el camino libre para la muerta de hambre.
La mosquita muerta llega casualmente a esta casa como empleada, novia de algún hijo problemático o recogida del patriarca de la familia (un viejo verde). En este lugar no será bien recibida y le harán la vida de cuadritos. Pero llegado el momento se invertirán los papeles, pues la pobretona de la protagonista termina con mas dinero que los ricachones estos, pero igual sin su respeto.

La villana: La matriarca de la familia rica por lo general es la villana mayor, y en su necesidad de mantener su estatus social es capaz de negociar con sus hijos, a través de matrimonios arreglados. Y ve en su hijo y gallo mayor, la forma de alcanzar sus objetivos.
Posee un pasado turbulento que en algún momento sale a la luz. Si la villana es joven y apetecible, es una cualquiera, una lady de la boca para afuera pero una perra de callejón por dentro. No ama al galán, es solo su capricho y hará de todo para tenerlo en su cama mientras destruye a su rival.

La cabecita nomás: La muerta de hambre se enamora del patrón en contra de su voluntad (tremenda pendeivis). Ella no quería, no sabía, pero termina encamada y preñada con un hijo del galán, quien ignora de su existencia y se hace de rogar. La protagonista con el honor mancillado y el punto de oro roto, se larga, dispuesta a criar sola a su hijo, el cual nunca tendrá padre. Ella se siente usada y sucia.

Poderoso caballero es don dinero: La misma muerta de hambre recibe una jugosa herencia de un biscabuelo recién muerto o de la enajenada madre que con tanta devoción la buscaba, como sea, no volverá a ser la misma, pues en un abrir y cerrar de ojos (otra sutileza de los guionistas charros) logra convertirse en una mujer culta, elegante y sofisticada, ahora si digna del amor del galán, a quien tratará de reconquistar. Y además se vengará de aquellos que la trataron tan mal en el pasado (todos pagan). Los ingredientes están listos para el final de novela, como dios manda.

Vuelve el perro arrepentido: La otrora mosca muerta se enfrenta a su destino y se produce el encuentro con aquel progenitor que alguna vez la abandonó al nacer y como es de esperarse, la perdona. Ahora son uña y mugre, súper amigas, tratando de recuperar el tiempo perdido. Mocos al por mayor y promesas de amor edípico.

Ajuste de cuentas: La protagonista ya no es ni sombra de lo que fue en el primer capítulo, y recupera a su amado galán quien se entera que ya era papá (él ya había corrido el rumor que la protagonista era una cualquiera) y sellan su amor con un beso de esos que solo ocurren en las novelas, y en retribución, el papá galán le anota otro gol a su esposa, como para no perder la costumbre.
Los villanos encuentran oscuro final, algunos mueren en accidentes, otros quedan desfigurados para siempre y el resto de ellos termina totalmente desquiciado en un sanatorio mental por el resto de sus días.
El gran final: Vuelve a salir el sol en la historia, que es coronado con el matrimonio religioso de rigor. La novia hipócrita tiene la desfachatez de vestirse de blanco.
Aparece la palabra FIN en la pantalla, mientras el televidente piensa que esos seis meses de amores y desamores han valido la pena. Y haber que tan buena es la próxima novela.

4 Comments:

Blogger RAHM said...

genial!!, se ve que tu te has visto todas las telelloronas...ja.ja.ja..., deberias escribir una para quitarle algo de regalias a la sufrida Delia y sobre los titulos que mencionas, yo creo que esa de "dos mujeres un camino" es un clasico ja.ja.ja...
yo vi la peruana "Los de arriba y los de abajo" con el recordado personaje Chamochumbi, esta telenovela tenia muchos guiños o copias a peliculas de cine, como una escena de "The Crying Game" cuando un personaje tenia una amiga que era amigo, o al film "4 bodas y un funeral" con la escena de los anillos estrafalarios...
yo creo que es cuestion de marketing, hay un mercado para estos productos y por lo visto no se ve disminuido a pesar del auge de internet o video-juegos, es mas, de las telenovelas se derivan otros productos como lapices, mochilas, cuadernos o el soundtrack, y esto no para, nos guste o no... conchale vale!

4:00 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Jajajaja me imagino que el análisis viene de la permanente observación del producto jajajaja, pero es cierto, todos los estereotipos del latino están reflejados en sus telelloronas.

Algunos datos fuertes, durante los años 60s del siglo pasado el Perú era un gran productor de telenovelas, producción que fue destruída con la estatización de las televisoras por parte de gobierno militar.

La excepciones a la regla la ponen normalmente las telelloronas brasileras que tienen mas de serie que de otra cosa y eso las hace mas ricas; ahora también entraron las colombianas que tienen un sentido del humor que las hace, aparentemente mas tolerables.

Lo cierto es que hace mucho que no veo una, pero recuerdo algunas tardes con una de mis abuelas mirando Cuna de Lobos o Isaura la esclava o alguna otra.

Nos leemos.

12:26 a.m.  
Blogger Dragón del 96 said...

Y yo que creí que alucinaba feo... pero es cierto, te doy toda la razon y no es que vea novelas a diario, pero no es ningunsecreto esta formula ganadora que dices, que aunque nos cuela en el alma, vende y si vende es lucrativo y los producotres se llenan los bolsillos. Todos nos ganamos los huevos de diferente manera, con el sudor de nuestros frejoles.

Por otro lado... si, yo tb he visto novelas, solo dos o tres en mi vida, y la proxima Victima la he visto dos veces (por que se que tiene 3 finales alternativos de los que he visto solo 2). En esa novela, esta formula que describes no funciona, y si lo hace lo hace de manera muy superficial (la familia rica existe, la muerta de hambre existe, pero la trama basada en asesinatos simplemente no te hace ver eso sino seguir su historia). Los finales de las brasileñas son diferentes, en la reina de la chatarra, a la protagonista le robaron todo y la dejaron en la calle, la novel termina con ella empezando de cero nuevamente. Excelente. que boda ni que bodria, las brasileñas son lo maximo. Pero ya no las veo.

Asu cuanta catarsis de mi parte.

Y es Colorina, no Colorida, jejeje.

Slaudos.

3:18 a.m.  
Blogger C. de DiarioTec said...

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1:43 p.m.  

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