CELEBRANDO LA VIDA

Siempre he admirado la discreta sobriedad durante los servicios fúnebres en gringolandia. La familia del difunto, inmutable; lleva el dolor por dentro y escudada bajo unos dramáticos anteojos oscuros. No se dan licencias para efusivas muestras de angustia ni para descompensaciones que les podrían precipitar a tierra. En cambio, luego del entierro se hace una pequeña reunión para celebrar la vida de quien desde entonces ya no estará mas con ellos.
Muy diferente a lo que sucede por estos lares, en donde asocio los funerales con lloriqueos al por mayor, inclusive de personas ajenas a la estricta familia del fallecido, aparatosos griteríos al cielo, escénicos desmayos y un riguroso luto por un año.
Ambos casos, muestras de dolor; pero tan disímiles entre si que no las digiero completamente, ya que no logro comprender como algunas personas reaccionan de manera tan novelesca. Comprendo muy bien el dolor de perder a alguien significativo, pero no admitía esa falta de civilidad que he descrito anteriormente. Por suerte, me llegó la respuesta.

Una tarde de esas, en las que no tenía nada mejor que hacer que ir a joder a casa de mi abuela materna... bromeo.
Haciendo memoria, en ese entonces estaba en los previos de la primera comunión, y por lo tanto, debía ir a la iglesia a escuchar tediosas charlas destinadas a la sumisión de la chibolada que en ese entonces carece de voz y de voto. Luego de maratónica jornada, pasaba por casa de esta abuela con el pretexto de visitarla y charlar un poco mientras ella me preparaba una deliciosa aberración que me hace acordar de toda esa época: ensalada de frutas con mashmelows.
En alguna de esas conversas ella se encargó de despejarme las dudas que tenia y con palabras que repito hasta el día de hoy. Cada quien tiene derecho a expresar y vivir ese dolor tan intimo de la forma que mejor le convenga. Y de seguro debe ser más sano, liberarte de ese sentimiento que se tiene dentro, sea por medio de lagrimas, pataletas, gritos ó lo que se considere necesario. Quizás ese mutis que tanto me había impresionado de los funerales gringos que le consideraba como la “la manera correcta” sea tan peligroso para el alma porque no te deja liberarte de la perdida y los sentimientos los tienes ahí dentro, expuestos. La mejor manera de tener un ataque de nervios, decía mi abuela. Me acuerdo perfectamente de eso y de cómo pregonaba la perdida de su temor a la muerte. ¡Que duda cabe, cuanta sabiduría se encuentra dentro de las palabras de uno de estos abuelos! Además, nadie llega gratuitamente a viejo.

Lo que sí me parece rescatable de todo este asunto, es la costumbre aquella de celebrar una vida, con el sentimiento que quieras, queda claro. Y esto podría interpretarse como algo parecido a una fiesta –claro que sin el alcohol ni las botanas-, una muestra de respeto sobria y llena de buenas intenciones.
Imagínense una persona cualquiera, que vive la expectativa de vida promedio y que de un momento a otro ya no este mas con nosotros. ¿No merece acaso un reconocimiento por haber estado vivo en un mundo tan hostil de parte de las personas que le querían? Yo sé que mi pregunta puede parecer muy idealista, ya que todos conocemos en que tiempos estamos viviendo y en donde una vida es tomada completamente a la ligera en medio de esta súper poblado más humano. Pero el hecho de que una persona querida ya no este mas tampoco significa que deba ser eliminada de nuestras vidas de un brochazo, no es justo tampoco dejarle toda la carga emocional a nuestros recuerdos.

Un momento estamos aquí y en otro no mas, y uno no se entera de nada. Como cuando te pasas toda la noche mirando una estrella que te ha gustado mucho y la noche siguiente y las que le vienen, descubres que no esta mas ahí, donde creías que le habías dejado. La necesidad que tenemos las personas de aferrarnos a cualquier recuerdo, con el solo objetivo de prolongar mas una existencia cercana, no tiene límites, y todo porque los recuerdos –en teoría- quedan para siempre, hasta el día que nos convertimos en un recuerdo mas.


El día de hoy, 22 de marzo, mamá hubiera cumplido un año mas y con la perspectiva de mi viejo fuera de la ciudad, la usurpadora de Sabrina que se hace la desentendida (es broma, ya deberían saberlo) y un sujeto imbecil que dice ser mi hermano (esto si va en serio); es evidente que no se va a hacer nada especial en casa para conmemorar el significado de un día como este. La fiesta se lleva por dentro, es la conclusión que le encuentro al post que me ha salido sin intención.

A la perspectiva del tiempo no queda mas que recordarla y celebrar su vida manteniéndome vivo. Ya que soy evidencia fidedigna de su paso por esta tierra. Por eso, y porque siempre me han dicho en mi familia que mi sonrisa fácil y sincera (que reconozco que la tengo) no es de mi autoría, si no, que me viene como herencia directa de ella.
¿Será por eso que tanto me gusta andar de payaso por la vida? Quien sabe.

Lo único que sé, es que donde este, debe andar un poco enfadada con esos hijos inmaduros que ha dejado pululando en esta vida (en realidad mas con Barto que con este pechito). Ya que quien les escribe anda inaugurando -en contra de su voluntad- una nueva cicatriz de cinco puntos en la cabezota esta, que no aprende de los golpes de la vida. Pero bueno, no me voy a quejar mas que eso en este momento, que debería ser de celebración. Pese a todo solo pasaba para desearte un felíz día.