viernes, septiembre 01, 2006

LA JODIDA TAREA DE LIMPIAR LA HABITACION

La obligación de limpiar mi dormitorio me la impusieron desde antes de llegar a la adolescencia, entonces tenia prohibido pedirle a la señora del servicio domestico que me haga la faena; con la excusa de ser más prolijo y ordenado, también para asumir responsabilidades, al menos con con esa única habitación de la casa. Pensándolo bien también podaba el árbol del jardín, abusivos.
Es así que desarrolle todo un ritual eficiencia que lo he perfeccionado con el paso del tiempo y hoy la comparto con todos.

Lo primero: Despejar el suelo. Tengo la mala costumbre de arrojar los zapatos, medias y boxers regados, pero solo eso. Despejo todo, se aspira el polvo, la bendita cera para que brille el parquet y pasar la lustradora rebelde que cuando quiero llevarla para el lado derecho se va para el izquierdo y viceversa.

Acto seguido: El escritorio y el closet. El escritorio de estudio es lo más fácil porque siempre lo tengo impecable con el equipo de música en lugar de mis libros, pero el problema llega con el closet. Arreglar la maldita ropa: camisas y polos colgados cada uno con su percha y los pantalones correctamente doblados en los cajones. ¿Por qué siempre el cajón superior se utiliza para la ropa interior?, en mi caso las medias blancas y plomas; los boxers pueden ser blancos, negros y grises, de cuadros escoceses, de estampados; sueltos y apretados, según como tenga él animo. Coloco los zapatos de nuevo en su sitio aunque sé que terminaran de nuevo debajo de mi cama.
Luego ordeno mis libros y revistas que tengo en el armario por suerte no soy cachibachero o sea, que almaceno cosas en exceso. Es mas, siempre estoy botando cosas sin el menor reparo.

Finalmente: La cama. La limpio, cambio de sabanas, cubrecamas y edredón; siempre lo dejo para el final porque es lo principal del dormitorio y le pongo mas empeño.

Cuando esta todo listo, miro mi habitación inmaculada y me voy directo a la ducha a poner un poco de orden en mi, para meterme finalmente en la cama con esa sensación de haber hecho una buena acción como boy scout.
Al inicio odiaba esta imposición de tener que hacerme cargo de mi rincón pero con el tiempo me sirvió de sutil experiencia cuando vivía solo y tenia que encargarme de todo el “piso”, aunque entonces yo fui más astuto de lo que pensaban: conseguí compañero de piso.

1 Comments:

Blogger Felipe Ros said...

Podabas el árbol? pucha, y yo que me sentía solitario en esa forma de explotación de la que también fui víctima jajaja
Aunque la verdad terminé cogiéndole gusto a lo de limpiar y bañarme para sentir que TODO estaba limpio... y creo que hasta medio terapéutico resulta.
Cuándo te pasas por mi casa para prestarte mis tijeras podadoras que no sacan callos en las manos? jajajaja

7:31 p.m.  

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