martes, julio 31, 2007

LA VIDA SOÑADA DE LOS ANGELES

En un pasaje del guión de los hermanos Wachowski –artífices de la película The Matrix y sus correspondientes secuelas-, se menciona como parte del fundamento de la trama la idea que una versión inicial de la matriz fue hacer del mundo un lugar feliz con todos los paradigmas que se consideran ideales en cualquier sociedad, pero aquella careta de una vida digitalizada para mantenernos como esclavos de nuestras propias mentes fue un fracaso total e hizo perder muchas “cosechas”.

Es bajo esa premisa que ahora me pregunto: ¿Existe verdaderamente la felicidad?, ¿qué sentimiento poderoso habita en todos nosotros confabulando para que este intangible se haya convertido en un inalcanzable?, ¿acaso es suficiente conformarnos con el premio consuelo camuflado como una vida digna?
Difícil de responder realmente, veremos hacia donde termina esta propuesta.

Dejemos algo en claro desde el inicio: Absolutamente todos estamos en algún momento en busca de la felicidad. Quedan excluidos de la nómina aquellas inocentes personitas que deambulan sin el nivel de conciencia necesario para comprender el alcance de esa palabra; asimismo, aquellos discapacitados mentalmente por cualquier motivo y que conviven en su propio universo, escape alterno no elegido –o tal vez si- del cual no hay retorno.
Los demás, o sea, el grueso de la población nos encontramos dentro de este utópico peregrinaje y en teoría, con tanto sentimiento colectivo en el aire, literalmente la felicidad debería hacer girar al mundo pero irónicamente sucede todo lo contrario; allá afuera es hostil y el vivir se ha transformado en un sobrevivir, al menos por un día más. ¿Acaso siempre fue así? Quizás los buenos católicos piensen que aún pagamos por el pecado original y el precio de la exclusión del paraíso sea una vida con sus risas y sus lágrimas, sus rosas y sus espinas, sus sudor y su sosiego. Pero para los no convencidos por elección es ridículo pensar que todo niño que viene a este mundo, llega bajo el estigma de pecador ya que no hay nada mas puro q1ue la inocencia escondida tras los ojos de los niños.

Quizás nos hemos acostumbrado demasiado al caos y lo hemos adoptado como parte de la sociedad pues hemos llegado a aceptar con naturalidad que nos exterminemos como comunidad, que un puñado de naciones poderosas manejen los destinos del resto del mundo a su antojo y conveniencia, que destruyamos este único lugar que tenemos al que podemos llamarle hogar, que se mueva mas dinero en la compra de armas que en disminuir la pobreza extrema, que profanemos costumbres milenarias en nombre de la modernidad, que nuestras madres no se cansen de encomendar a sus hijos a los ángeles para que los traigan sanos de regreso a casa; y es que la violencia nos ha acompañado desde los orígenes de la civilización.

Ya cuando éramos nómades nos valíamos de ella para conseguir alimento y sobrevivir a los depredadores, a lo largo de la historia de la humanidad siempre hemos estado condenados a repetir nuestros errores una y otra vez, aún ahora continuamos luchando y no solo por alimento, también por un trozo de tierra y placeres mas terrenales. Sin darnos cuenta nos convertimos en depredadores de nosotros mismos. Entonces, ¿de donde nació tanta violencia? De ningún lugar, ya que siempre fue parte de nuestra naturaleza; lo contradictorio es descubrir que la violencia no es un hecho destructivo, es un hecho fértil que nos ha permitido evolucionar de la era de las cavernas a la era post-nuclear. Cuanta razón tenía Darwin, ya que el costo es la supervivencia del más fuerte sobre el más débil. Tal vez por eso no podemos ser felices, pues nuestra existencia esta fundada en una dolorosa evidencia. Imposible ser felices con tanta maldad sobre nuestras espaldas.

Dicho eso es de suponer que la verdadera felicidad no existe más que en el imaginario de la ficción. Aunque tengo mis dudas al respecto.
Algunas vez leí que solo un idiota puede ser absolutamente feliz debido a que es un sentimiento inalcanzable; yo prefiero creer que se puede ser feliz muchas veces sin dejar de ser un idiota. La clave es reconocer los escasos momentos en que lo demás te importa un bledo y simplemente te dejas llevar para disfrutar del momento y las pequeñas satisfacciones que ofrece la vida. Ya que si esperamos a por el ideal de felicidad, el más cliché de todos -salud, dinero y amor, además de un perro que te mueva la cola al llegar a casa-, podemos terminar en el limbo de la insatisfacción –y es que no se puede tener todo en la vida-, o peor aún, morirnos en el intento sin haber disfrutado del sentimiento de beneplácito de tener una simple vida pero que podemos llamar auténtica, con todo su vino y con todo su vinagre.

Echémosle una mirada a la niñez despreocupada, en donde lo más gratificante del día son los momentos de diversión y eso es más que suficiente para irnos a la cama con una sonrisa provechosa, pero con el tiempo todo se convierte en algo más complejo y la percepción de la felicidad es diferente. No cambia, porque el sentimiento placentero se mantiene inalterable a lo largo del tiempo, los que cambiamos somos nosotros y nuestros requerimientos. Así, lo que a mí me hace feliz el día de hoy no podría causar el mismo efecto el día de mañana, del mismo modo lo que a ti podría hacerte feliz a mí podría no causarme sensación alguna. Quizás por ello las drogas y el sexo son tan adictivos, pues nos conducen de manera mas eficaz a esa necesidad primigenia y fundamental de felicidad.

Todo vale en esta incesante búsqueda natural y estamos dispuestos a cualquier costo con tal de alcanzarla, ya que es evidente que la felicidad es un sentimiento individual y no colectivo. Otra sería nuestra historia si fuera un bien común , nos respetaríamos más pero nos reconoceríamos menos pues perderíamos parte de nuestra humanidad al actuar como comunidad. Curiosamente nunca estaríamos mas cerca de nuestros instintos animales a pesar de ser descendientes pensantes de ellos, ya que nuestra evolución también va en decadencia a la par de nuestra sociedad.

Ahora una pregunta más ligera y divertida para finalizar el post y así disminuir el nivel de solemnidad que me ha acompañado al pensar todo esto: Si los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus, ¿acaso la batalla de los sexos es en realidad la verdadera guerra de los mundos? Tal vez por ello nunca estaremos de acuerdo.

6 Comments:

Blogger Dragón del 96 said...

Supongo que mencionas a los Wachoswsky por la escena de Morfeo con el sr Smith donde le dice que el culpable de las degsracias del ser humano es el mismo hombre. No es que me sorprenda como cuando descubri como era el sexo, pero... creo que me dejo entender, no?

Por otro lado, llegamos a la misma conclusion, la felicidad es individual, no hay un molde especifico. Y es que nos han preparado para creer que solo el exito economico y profesional puede hacer feliz al ser humano. Basta darse una vuelta por el Perú para ver que no es así. Creo que la frase que cabe mejor en este post es la del perfil de Jclicious.

Slaudos.

9:51 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

La felicidad solamente existe en la medida que su opuesto es real; la felicidad no es solamente una idea sino un sentimiento que se disfruta por breves instantes.

Coincido contigo en que solamente se disfruta por momentos, quizás abrazando ese instante que nos permite trascender la medianía que nos envuelve normalmente.

La vida es pendular, y solamente pocas veces el péndulo se detiene en el punto de equilibrio quizás esa detención sea la felicidad.

Finalmente no creo que haya una respuesta sencilla, la naturaleza humana es en extremo complicada y lo que nos hace superarnos, es a veces, lo que nos condena.

Nos leemos.

10:10 p.m.  
Blogger MAR said...

La felicidad para mi son momentos ....que hay que aprovecharlos al m�ximo y ser ni�os para siempre es lo m�s sano.
cari�itos para ti.
mar

11:36 p.m.  
Anonymous Anónimo said...





La felicidad es muy facil de conseguir pero muy dificil de mantener...

Suerte en todo.. :)

MUaaaaaaaaaaaaaa!!!


Pd: no te pierdas!!!!

3:44 a.m.  
Blogger Sofia said...

Uf, gran tema.
No, como tú no creo que la felicidad exista sólo en una especie de imaginario. Hay cosas que para desearlas y buscarlas, deben haberse experimentado alguna vez. Tal vez la escencia de la felicidad es esa, el instante, el momento. Pero nosotros, humanos ambiciosos, no nos conformamos con tan pequeño (aunque valioso) pedacito de tiempo, porque nuestra existencia, de un intervalo mucho mayor, nos aterra sin ella. Pero siempre está, la felicidad de a pedacitos. Hay que estar atentos, buscarla, no, más que buscarla, sembrarla para después cosecharla.

Un gran abrazo Pao, y bueno, con respecto a la guerra de los mundos, qué batalla más interesante, considerando el proceso de reconciliación que siempre le sigue...

8:22 p.m.  
Blogger El perro andaluz said...

En muchos casos, la felicidad de uno causa la infelicidad de otro. También creo que para ser feliz más a menudo hay que estar atento y mantener alerta los sentidos.

3:05 p.m.  

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