¿QUE TE DESPERTO EN TU ULTIMO SUEÑO?

Dormir, que duda cabe, uno de los cinco placeres fundamentales y primigenios por los que se agradece estar vivo. Para poder continuar con el post se los recuerdo sin ningún orden en particular: comer, dormir, cagar, follar y el sexo oral (casero y devoto) son suficiente motivo para no pegarse un tiro en estos tiempos; negar alguno de los mencionados sería negar parte de la esencia que nos hace humanos, aunque aún no me ha quedado del todo claro que la cuestión del sueño es exclusiva de nosotros; o acaso... ¿nunca has visto a tu mascota mientras duerme?

Con esa perspectiva es lógico decir que no hay nada peor, horror de horrores, que el sueño interrumpido. Sueñitus interruptos, la pesadilla máxima de Pedro Calderón de la Barca, con su Segismundo sin la posibilidad de lucirse al monologar y hacer su famosa comparación entre la vida y los sueños. Adíos a los atrapasueños colgados sobre la cama, a manera de amuleto nocturno conciliador, ya que serían artilugios innecesarios debido a circuntancias mas lúdicas aunque no por ello divertidas.

El sueño perdido no se recupera jamás, por más que la noche siguiente nos propongamos dormir despreocupados y despatarrados hasta el mediodía, emulando y envidiando al oso que hiberna para evitar el invierno.

El sueño interrumpido tambien puede ser un premio ó un castigo, dependiendo de si estuvimos sumergidos dentro de una pesadilla o un sueño húmedo a punto del clímax. Cualquiera sea el caso, un desperdicio de miedos y candores, ya que al comprobar que todo ha sido un sueño solo nos queda el consuelo de la aventura que se desvanece, al entrar en cuenta que nuestra vida despierta es tan, pero tan aburrida.

No existe el sueño perfecto ya que usualmente nos olvidamos de estos apenas despertar y muy pocos podrían reconstruir el sueño de una velada total al final del día. Así que podría pensarse que es una pérdida de energía injustificada ya que carece del valor de una narración si ni siquiera podemos recordar en que consistió el sueño de la noche anterior. Los sueños premonitorios nos son agenos a la mayoría, ya que estan exclusivamente reservados a los mediums y medios brujos, lo cual me parece un acierto ya que me parece que es un don agobiante que agradezco no tener.

Yo antes ya he escrito un post sobre mis sueños que puedes revisar aquí. Pero aún hay mucho que me queda por decir de tan delicioso placer.

Sueño mucho -demasiado-, casi siempre de manera incongruente aunque vívidamente y a todo color, tanto que a veces me lo creo y no puedo percibir que se trata de un sueño.

Soy muy impresionable, cualquier cosa que llame mi atención sobre manera, se verá reflejado en una deliciosa secuencia onírica en la tanda nocturna.

Me he visto muerto y también asesinado, protagonizando Los Soprano en tecnicolor y poniendo en su sitio (o sea, rompiéndole la cara) al cínico -aunque encantador- Dr. House.

Le he visto el rostro al mismísimo diablo (así como te imaginas, con cuernos y cola que termina en punta) y a futuros amantes, y desde entonces ando atento en mi vida despierta para cuando me los tope por las calles.

Mi sueño recurrente es siempre una caminata lúgubre de regreso a casa por la noche, el cual nunca llego a completar. Otro detalle, nunca me sueño en esta casa, siempre me veo en la casa de Surco donde pasé mis mejores años y en la que ahora sirve de nidito para mi viejo y su flaca.

A veces despierto extenuado y sollozando, pocas veces reposado. Mis sueños trasgreden mi candidez de eterno adolescente con escenas apocalípticas, dramones al mejor estilo de Delia Fiallo y algo que yo denomino: sueños gay-friendly (glup), a veces al mismo tiempo.

Soy el único caso registrado que conozco que se despierta por sus propias carcajadas, la última vez que me sucedió me ví en medio de una fiesta callejera con mis amigos, todos bailando al ritmo de "Juana la cubana", mientras eramos desalojados por indecorosos en medio de miradas reprobatorias. Para cagarse de risa, yo bailando esos ritmos caribeños.

Ahora, volviendo a la premisa original del sueño interrumpido, aquí les dejo con una selecta y odiada relación de motivos que nos sacan del trance subliminal que significa estar dormidos.

- El timbre y/o teléfono: No hay nada mas jodido que despertar por culpa de alguien mas y sin que se lo hayamos pedido. En mi caso, si me despierta el timbre, asomo desde mi ventana con mi cara de depredador. En el caso del teléfono, simplemente lo ignoro, media vuelta y nuevamente bajo las sábanas. Acurrucucú.

- El sexo: El síndrome de las parejas, siempre uno se despertará antes que el otro y ustedes saben, el primer estirón, el cuerpo aún tibio retozando en la comodidad del camastro y la imposibilidad de volver a quedarse dormido. Hace que lo más propicio sea despertar a la pareja que yace al lado de manera virginal, pura e incorrupta con toqueteos vetados para menores de edad. Quien despierta no necesariamente esta molesto, quizás sorprendido y ultrajado, pero con uina sonrisa de oreja a oreja. Hagan la prueba.

- El meón: La desfachatez de aquellos que no dominan la fisiología de su propio organismo, nunca falta alguien que se despierte por culpa de la vejiga, o quizás, en el caso de ellas, por culpa de un tampón que esta a punto de reventar. Pobre de aquel o aquella que tenga que compartir la cama con este tipo de personas porque es la que lleva la peor parte, ante estos casos, nada mejor (y mas desconsiderado) que dormir como piedra y no darse por enterado de lo que sucede con la compañía de cama (¡que se joda!).

- Los ronquidos: Máxime de los transtornos del sueño, causal de divorcio válido en un país tercermundista llamado Perú, cliché de los clichés a la hora de meterse a la cama, y motivo mas que suficiente pare recurrir a la técnica de los abuelos: el regreso de las camas gemelas, el mundo soñado por Simone de Beauvoir.

La apnea del sueño es un impedimento para descansar adecuadamente en las noches y no es un problema egoísta, ya que quien la pasa peor es aquella persona sensible de audición con quien se debe compartir la cama. Otra de las injusticias innecesarias de la convivencia en pareja.

- El despertador: El mismo diablo re-encarnado en su versión compacta y cuya unica utilidad es la sumisión de toda persona bajo el pretexto de la puntualidad, de seguro, otro artilugio satánico de nuestros tiempos. Quizás el mas horrible de todos los espanta sueños, que nos indica con sonido de trompeta que debemos salir del refugio cómodo para convertirnos en hormigas de saco y celular, pretendiendo llegar a cualquier lugar lo menos tarde posible.

Ahora te toca a ti, has memoria y contesta... ¿que te despertó de tu último sueño?