martes, septiembre 04, 2007

FLIRTEO EN UNA CITA

Cada lunes y viernes tengo consulta médica con los especialistas que me estan tratando, eso significa para mí un día maratónico, pues debo dejar las cosas en la granja concluídas (a veces a medio hacer) y regresar hecho un pichín a Lima para llegar a la cita médica a tiempo.
El último viernes me fué imposible dejar Chosica por un problema casero y tedioso que no paso a relatar a pesar de que salí temprano de la granja con la intención de ir al control médico (cosa que finalmente no ocurrió), lo que me supuso más de un lío y material suficiente para este post.

Cancelada mi visita del viernes, llamé a la clínica para hacer otra y dada la agenda copada del doc me enyucaron una para el sábado en horas de la tarde; la acepté, pues no estaba en posición de reclamar nada, ya me las ingeniaría para dejar la granja con la excusa de una diarrea o algo parecido (recuerden que el día anterior ya había salido temprano rumbo a la clínica, así que no podía usar el mismo chamullo).
El sábado mi día empezó más temprano de lo habitual, en precaución de que se presente algún imprevisto y con la idea de zafar temprano a como de lugar. Mi excusa de que tenía una churretina aguda provocada por una enteritis me sirvió mejor de lo que pensaba, pues el ingeniero a quien le rindo cuentas como tesista me exaltó a cuidarme mejor e inclusive me sugirió que me tome el domingo en el caso no este del todo repuesto (obviamente no iba a ser un caradura en acatar esa licencia mal infundada, pero de que tenía ganas de tirarme la pera... tenía).

Así, de regreso en Lima paso por casa para ducharme (usualmente esto lo haría en la granja pero dadas las circunstancias no podía hacerlo, hubiera dado a entender que me había cagado encima, ¿manyan?) y luego se me da por comer algo, pequeño gran error, pues esto me tomó más de la cuenta y se me hizo tarde para la cita con el médico (si seré cojudo). A pesar de mis esfuerzos contra el reloj, llegué pocos minutos tarde (esto es un eufemismo: ¡llegué tarde y punto!) y bueno, caballero, no me quedó más que esperar que algún otro paciente cometa el mismo error. Cuando veo la sala de espera totalmente abarrotada, compruebo hecho un perdedor que me espera una tarde de esas... (que prefieres olvidar) y no me quedó más que enfundarme en el único rincón que encontré a disposición. Me maldije internamente por no ser precavido ya que nada me costaba traerme algún artilugio con que entretener mi prolífica mente, cualquier cosa hubiera sido una buena idea: el periódico, el mp3, un libro a medio leer, algún amigo con demasiado tiempo libre. En fin, ya era demasiado tarde para todo eso, me había propuesto no moverme de ahí hasta que el doctor me despache con su venia.

La salvación parecía que vendría de la TV, acaparadora de la atención de la mayoría de las personas que en esa sala de espera nos encontrábamos pero lamentablemente alguien tuvo la genial idea de dejarlo en la señal de Sony. Y todos sabemos que las tardes de sábado en Sony es una aburrida maraña de refritos carentes de ínteres (al menos para mí) pero que si logró engatuzar a la demás teleaudiencia. El climáx de esta intolerante situación se alcanzó con la repetición semanal del bodrio de Latin Amirican Idol, que por lo visto esa tarde, sí tiene sus adeptos; pero igual no sería mi posición. No me quedó mas que mirar al techo, al piso y hacerme el sordo por un par de horas, hubiera dado lo que fuera por ser autista en ese momento. Ya que de haber sido por mí, estaría haciendo zapping entre algún partido de la "Copa Cable Mágico" (¿de que se sorprende...? me vacila el futbol) o haciendo chekin´ de "Invierno Fox Sports" (donde " ...solo la nieve en toda su expresión compensa el glamour y la belleza de Ingrid Grudke"). ¿Será por esto que todos piensan que soy un gay atípico? Uhmmm... puede ser.

Como sea, la tarde fué pasando y yo seguía plantado al maldito sofá, no me levante ni para entrar al puto baño, vaya uno a saber si en ese momento me llama la asistonta del doc, no estaba de humor para tentar a la mala suerte que desde ya, rondaba a mis espaldas. Pacientemente esperé, con mi cara de pocos amigos eso sí; pues no hay norma de urbanidad que te prohiba tener el morro largo en lugares públicos, quizás la tía Frieda Höller (autora del libro "Ese dedo meñique", entre otros) si me hubiera visto embutido en aquél rincón me hubiera dado un par de zopapos para recuperar la compostura y cambiar esa cara de perro rabioso que me manejaba, por suerte, esa tarde no atendía a provincias.

Y fué cayendo la tarde y uno a uno fueron pasando por mi lado los civiles que pugnaban por su consulta; por ahí mientras divagaba en mi mundo interior me dejé llevar por algún pensamiento calenturiento, pues una señora incauta que recién llegaba a su cita me pregunta algo como: ¿Y el doctor X (menciona su apellido), es bueno (en referencia a ser bueno en su profesión)?... A lo que yo respondo con toda naturalidad: "Sí, está re-bueno". Anécdota verídica. Habían dos personas más en el lugar que o bien fingieron no oír nada, o en realidad no oyeron nada, o les vale madre todo eso. Ipso facto me puse rojo pero ya había desembuchado, así que me tragué mi orgullo y la miré a los ojos con mi cara de yo no dije lo que dije, pero ya que lo dije... no lo propagues. La señora aquella hizo mutis y muy sobria se sentó en el otro extremo de la sala de espera. No volvimos a cruzar ni la mirada. Luego de su consulta cuando ya se retiraba, me miró de reojo. Me dieron unas ganas de decirle: "¡Pero señora estamos en el nuevo milenio... abra su mente, por dios!", pero todo no quedo en puro pensamiento. Hubiera sido demasiado hacer una escena.

Al poco rato llegó una parejita fashion, ella maquillada a más no poder y de esas que les gusta hacer ruido con sus mega-tacos de 10 cm. con los que generosamente llegaba (y quizás pasaba) el 1.80mt, era guapa realmente aunque no me tragaba del todo el cuento, mujeres asi hay que verlas sin maquillaje y vestida con el pijama para reconocer su verdadera belleza. El patín era el típico "loco gym" (sub especie urbana fácil de encontrar en los gimnasios, ya que se desvive en uno de estos), músculo hasta en el lóbulo de la oreja, demasiado grotesco a mi punto de vista. Con el trajinadísimo polo apretado destinado a cosechar miradas al por mayor, pero de atractivo... poco. Bueno, al menos es mi opinión, tendran que confiar amables lectores.
La pareja mientras esperaba a por entrar, se profesaba cariño con mucho gusto, cuchicheos cómplices, mordisquitos en la oreja, risitas pendencieras... realmente se veían muy bien juntos. Eso me hizo pensar en el éxito para ligar en el mundo real, donde la tajada más grande se la llevan aquellos que cuidan su cuerpo y hacen ejercico, que se gastan medio sueldo en su apariencia personal y saben como lucir su mejor mercadería. En donde igual vale algún retoque en nombre de la armonía física y al abuso de anabólicos en pos de un cuerpo de catálogo. Ese afán por mimarse parte de un amor y una vanidad natural pero que sin embargo, les trae más ventajas para encontrar su media naranja; supongo yo, que les será más fácil, al menos que para la gente común y silvestre, sin tantas ataduras (entre los que me incluyo).

Empezaba a caer la noche y yo seguía calentando asiento, hasta que sucedió una última perla: La sala se encontraba medio vacia (solo la parejita fashion y yo), en la TV ya daban Whos line is it anyway? Cosa que cambió mi humor; pese a que el programa es archirepetido, siempre es bueno reir luego de un día como el que había tenido. Llegó a la sala un pata más y se sentó al otro extremo de donde yo me encontraba. Inmediatamente les llegó el turno a la pareja fashion, así que la sala quedo casi vacía.
Al rato, me percato que el sujeto que había llegado se había cambiado de lugar, ya que ahora lo tenía rochosamente al lado, no a mi costado literalmente pero casi. Aparentemente lo que quería era tener una mejor vista para ver la TV (que se encontraba en un rack), así que no le presté mayor atención. Minutos después me empecé a sentir incómodo, como que observado (¿acaso injuriado?) y para constatar que era el sujeto aquél debía desviar la mirada al otro extremo, dada la ubicación del aparentemente atrevido tipejo. Ya me olía raro la situación. Inmediatamente recordé un fragmento de "El silencio de los inocentes" en donde Hannibal Lecter le dice a Clarice que si acaso ella no sentía miradas que recorrían su cuerpo todo el tiempo. Era la codicia, que empezamos a codiciar lo que vemos diariamente. Pero en este caso no percibía que era por codicia, si no, con intenciones más terrenales.

Como yo de tonto no tengo un pelo (a pesar que mis amigos me digan "Calabacito"), pensé hacerle el paré de tajo, para que aprenda a manejar su virulenta mirada. Y esperé pacientemente la extraña sensación con mi mejor cara de cojudo (o sea, la del diario). Así, en un instante... ¡plaf!... volteo la cabeza y... efectivamente lo ampayé... y su mirada no se dirigía ni a la TV ni a mi sonrisa contagiosa. El muy atorrante se hizo el loco y bajó la vista pero ya era tarde. Lo había puesto en evidencia.
Ya no le dije nada, porque con la cara de serial killer que debí haber puesto me pareció suficiente y en parte debido a que me sentí palteado. Lamentablemente la anécdota no terminó ahí pues el compadrito este no se dió por bien servido e intentó hacerme el habla con una muletilla más vieja que la biscabuela de la Chilindrina. ¡Por favor... no nací ayer! Esas cosas solo funcionan en las novelas rosas de la Fiallo en donde vasta una frase mordisqueada de estas para iniciar algo más que una amistad.
Esa noche ya en casa, le conté la escena al detalle a "la rojita" con la espectativa de quien ha hecho su buena acción del día y ella en su condición imparcial, lo primero que me preguntó fué que hubiera sido necesario para que yo le siga el juego al patin aquel. A lo que yo le respondí tajantemente: " ...es que no era mi tipo". Ella se quedó callada como para que yo mismo me dé cuenta de lo que acababa de decir, pero no hubo reacción en mí. Antes de irse me pegó el tiro de gracia y me soltó una frase de esas que lo dejan a uno pensando (tardíamente en mi caso): "Y después te preguntas por que estas solo".
Mientras coinciliaba el sueño -o mejor dicho, mientras combatía el insomnio- me puse a pensar en todo eso y al fin me dí cuenta del trasfondo del asunto. Me sorprendió el comprobar que no soy muy democrático en estas cuestiones y si bien, por un lado pregono que no quiero estar solo, por el otro soy muy hermético respecto a quien osa acercarse a mí y lo malinterpreto todo. Mi excusa es conocida: no tengo experiencia en estas cosas y menos aún en los flirteos urbanos, soy pura teoría. Ya que estoy acostumbrado y me siento demasiado cómodo con mi circulo social que me entiende, en donde ellas se dejan gilear por mi verbo florido y mis poses galanescas (que no conllevan a nada) y ellos llevan el tema con más interes y curiosidad que yo mismo (también se dejan piropear y me echan los tejos y yo ni me doy por aludido).
He descubierto también que me gusta tener el control de la situación, ser yo el que da el primer paso cuando estoy en plan gilero, y cuando sucede a la inversa me siento transgredido y acechado. Reaccionando de maneras que no son las correctas cuando debería tomarmelo deportivamente. Lo que empiezo a comprender es que hay un mundo más allá de la burbuja social en donde me siento a mis anchas y a mis veintipocos años compruebo con estupor que me falta lleca (o sea, calle, barrio, barrunto). Una cachetada de realidad que puede hacer explotar la burbuja en cualquier momento.

8 Comments:

Blogger Dragón del 96 said...

Te hubiera dicho lo mismo que tu amiga, por que tan agresivo con el pobre pata? Facil solo quería el champu que tu estabas usando.

Y para serte sincero, yo tambien creía que aquellas personas que invierten tiempo y dinero en su apariencia se llevaban la mejor tajada. Totalmente erroneo, preocupate en trabajar mas tu interior, pues asi tendrás a quien quieras en tus manos, claro siempre y cuando dejes la mirada de serial killer para otras ocasiones que no sean conocer personas.

Y aplica la teoria tio, de nada te sirve sino practicas. Tampoco te digo que juegues con ella, aunque eso te daria scierta fama, que bueno... probablemente no la quieras.

Slaudos.

Y mejor suerte en el consultorio.

Slau2.

1:35 p.m.  
Blogger Unknown said...

Mmm, te entiendo con eso de no estar acostumbrado al flirteo urbano y es que uno es un poco desconfiado. En todo caso, no está mal que de repente te abras, tal como le pedías a la sra. que se abriera de mente... hay cosas que puedenno ser desechadas tan pronto, quizás qué es lo que te pierdes!

Un abrazo y suerte con esas consultas médicas.

8:28 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Lo de los médicos es insufrible, todos se demoran para atenderte, no hay forma de que sean puntuales.

En el otro tema, yo creo que acá estoy mas bien de aucerdo contigo, no es cuestión de aceptarle conversa a cualquiera, todo el mundo tiene unos límites que lo hacen sentir seguro y confiado y también tiene unos gustos particulares; me parece que hay que respetarlos. Es cierto que no te puedes pasar la vida en tu círculo íntimo totalmente protegido, eso es miedo, pero tampoco tienes por que aceptar lo que venga sin pasarlo por un filtro personal.

Nos leemos.

9:17 a.m.  
Blogger Imberbe_Muchacho said...

hey Pao, esta cuestion de las relaciones es muy dificil, a veces tu puede decir a simple voista que alguient e cae mal y quien sabe luego de conocerlo te cae muy bien, pienso que deberias dejarte llevar mas por ese 6 sentido que todos tenemos y un poco de paciencia tal vez, quien sabe hubieras conocido a un buen pata con quien pasar la tarde amenay conversando eh
Y si, eres un gay atipico...

1:17 p.m.  
Blogger MAR said...

HEY!!!!!!!!!
Y QUÉ TIENE DE MALO DEJARSE CONQUISTAR?
a mi me gusta la variedad, derepente coqueteo yo y derepente me sorprenden a mi, total nada perdemos o si no pa eso nos quedamos encerrados en la casa además tu eres muy guapo debes andar dejando cada cagada jajajaj, dejate querer nada más y ya está!!!!!!!!1
besitos de diabolina
mar

6:41 p.m.  
Blogger Yani said...

lo bueno es que esto es experiencia pura asi que ni modo, lo hecho: hecho estA

saludos

3:41 a.m.  
Blogger Rolando Escaró said...

pienso que el atractivo verdadero poco tiene que ver con la apariencia externa. es influyente pero no determinante

8:57 p.m.  
Blogger El perro andaluz said...

Si has llegado a la conclusión de que te falta lleca, pues la única forma de tenerla es conociendo gente, no sólo para flirtear sino para conversar y coger experiencia, o sea barrunto.
Suerte.

2:39 a.m.  

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