COMO TE EXTRAÑO CASA MARSANO

Solo para limeños: ¿Recuerdan aquella imponente mansión miraflorina ubicada cerca del parque central y llamada mezquinamente “Casa” Marsano?
Ahora para los no limeños: La Casa Marsano era casi un palacio de folletín. Construido en el año 1921 por la próspera familia Marsano, inmigrantes italianos que recalaron en este rincón del planeta.
De cuento. Afrancesada, amplios jardines, imponente pórtico, techo abovedado y monumentales columnas. Sus exteriores sirvieron para retratar a la típica “casa de ricos” de alguna telenovela peruana creada durante el boom novelero de la década pasada. No había otra manera, una locación así debía lucirse y provocar espasmos de celos en la teleaudiencia.
La Casa Marsano fue demolida hace unos años, en una controvertida decisión de un consorcio constructor que no contaba con los permisos requeridos. El objetivo era construir un hotel de la cadena Hilton, un teórico rascacielos que pretendía modificar el skyline de la ciudad; pero nada de esto sucedió y de aquella añeja mansión solo quedó el muro perimétrico y las rejas labradas llenas de óxido. Un simple recuerdo minimista de la grandiosidad que alguna vez existió en su interior.

Y me dió chukake. El día de hoy, mientras leía el periódico de ayer encontré un burdo proyecto en donde le darían uso a la inmensa carcasa que quedó de semejante caserón.
Agarrense: “Compu Palace. El primer, megacentro de cómputo de Miraflores. Adquiere tu local. No pierdas la oportunidad.”, o sea, un mercado de computadoras...¡Váyanse a la mierda!
Para terminar de cagar la ciudad incluyen una foto, con la cual pretenden ilustrar magnífica inversión. La otrora mansión ya no esta, pero en su lugar una huachafa y chusca caja de zapatos de hormigón, color verde batracio. Con tres árboles “plantados·” por computador ante semejante bodrio del mal gusto. El palacio ahora se convierte en palace. A eso se le llama cultura combi.
¿A quien echarle la culpa? Quizás a la familia Marsano por atreverse a construir un palacio de cuentos en medio de la pesadilla del caos; tal vez a Paris Hilton porque esta majadería es digna de su show de la televisión; pero quien se lleva los lauros es el dizque arquitecto por semejante oda al espanto. ¡Malditos visionarios con miopía!

Un proyecto que no vió la luz.

Que necesidad de poner un centro de cómputo en Miraflores, que importa la gente que quiera comprar chucherias, ¡qué se larguen hasta la avenida. Wilson!, donde se supone existe un emporio tecnológico destinado a este rubro.
Otra perla mas en el afán de cagar al bello distrito de Miraflores y convertirlo innecesariamente en un tugurio patológico.

Ahora, no crea que esto es un post dedicado a la fallecida Casa Marsano. Yo soy neófito en arquitectura y simpatizante del buen gusto, siempre en defensa de los imposibles. He aquí uno: Lima, te quiero bella.
Hay que reconocer una cosa. Muchos arquitectos y entendidos, afirmaron en su momento que la Casa Marsano carecía de valor arquitectónico, histórico y patrimonial. Las cruzadas que pretendieron salvarla de la demolición no encontraron eco en el Instituto Nacional de Cultura para que este organismo la declare como monumento y nada se pudo hacer.
Es cierto, dicha mansión tenía años desocupada y no aportaba mucho a la ciudad, se había convertido en un elefante blanco pero fue el último de los castillos construidos en Lima y en la aristocrática avenida Arequipa de los 50´s, donde se encuentra, iba acorde con el entorno. Antes del final, era usada como ocasional centro de convenciones y poco más. Era incluida en los circuitos turísticos de Lima patrimonial para los incautos turistas, pero nada más. O sea, en cierto punto, construir, derruir, todo depende con que ladrillo quede más bonito.
Pero la Casa Marsano era un ícono sentimental de la ciudad y representaba a las bellas casas que existían en Lima, pero que lamentablemente terminarían siendo demolidas para construir edificios sin ningún valor, aumentando la tugurización en esta ciudad superpoblada.

Un triste recuerdo

¿Qué sería de San Isidro sin sus hermosas casas estilo Tudor? Nota de estilos: la arquitectura Tudor hace referencia a las casas inglesas de apariencia medieval construídas a inicios del siglo XVI.
En definitiva estas casas aportan mas que encanto y son símbolos que testimonian el estatus de los vecinos de ese distrito.
Por suerte, en San Isidro muchas de esas construcciones son utilizadas en la actualidad como embajadas, contribuyendo en su permanencia y evitando que sean sepultadas bajo torres que pululan sin control, con tal de ganar la vista al mar o a algún rincón verde, tan escaso en estos días, cualquier excusa es buena para los constructores.

Eso es lo malo de una ciudad que no ha tenido planificación urbana y en donde todos pretenden, a la fuerza, estar, vivir y/o trabajar en lo que alguna vez fueron los distritos más exclusivos de la ciudad de Lima. San Isidro lo sigue siendo pero con Miraflores, otro es el cantar.
Vasta darse una vuelta por el Olivar de San Isidro para comprender que a pesar del crecimiento masivo, aún se trata de mantener cierta armonía visual, no agresiva y con carácter. Todo lo contrario sucede en la avenida Larco, quizás la vía más representativa de Miraflores; en donde una avalancha visual y acústica te ametralla en 360 grados, una mezcla imposible entre bocinas, luces de neón y terrazas que tratan de robar espacio peatonal.
Quizás muchos prefieran la onda miraflorina a la sobriedad sanisidrina, pero la diferencia es clara, mientras una esta re-copada en todas sus vertientes, siempre tratando de reinventarse; la otra mantiene ese carácter moderno y tradicional al mismo tiempo, sin la necesidad de generar un híbrido de mal gusto. Por suerte, existen otros distritos en donde es muy agradable vivir, con planificación local y sostenible. Todo un ejemplo para ser imitado.

En estos tiempos de modernidad no se puede ir a contracorriente. Y esa necesidad que tiene tanto la gente como las constructoras inmobiliarias, de estar en los barrios lindos de la ciudad; sacrificando casas unifamiliares con jardines interiores por torres de concreto y nada de verde, esto debería empezar a cambiar. Ese centralismo solo genera caos y condiciones adversas que merman calidad de vida, y todo por vivir en un depa frente al mar, posiblemente en un edificio alto y plano, que no aporta nada a esta ciudad que exige a gritos personalidad.
Además, ese mismo centralismo del que nos quejamos la mayoría de limeños, pues debemos compartir este atestado espacio con olas migratorias provincianas que llegan dispuestas a invadir un trozo de tierra en nombre de la necesidad. Ese centralismo ocurre en su versión local, por esa necesidad que les comentaba.
Quizás, impulsando otros barrios igual de atractivos con el mismo esmero, mejorando la calidad de vida y propiciando nuevos focos de desarrollo, ya que la ciudad no puede sostenerse más.
Algo de esto ya esta sucediendo. ¿Se han dado cuenta que en Jesús María y Magdalena están proliferando las torres multifamiliares? En zonas mas que convenientes, que podrían ayudar a destugurizar un poco, aunque aún falta mucho por hacer pero con algo se empieza. La solución esta en la planificación.

El mamarracho que construyen en la actualidad

¿Y que paso con la Casa Marsano y las casas estilo Tudor? Pues las casas Tudor siguen ahí, maravillosas, mimetizando varios rincones para confundirlos con otros provenientes de la lejana Europa.
Y la Casa Marsano ya no esta más. Solo espero que sirva como ejemplo de lo que esta pasando en nuestra ciudad.

Por suerte ya me paso la rabia iracunda del inicio, tuvo mucho que ver que enviara un mail a la dirección electrónica que deja Compu Palace: ventas@compupalace.net; en ella descargué toda mi impulsiva necesidad de hacerme escuchar y claro, también aproveché para mandarlos a la mierdaza, a la samputa y más allá.