lunes, agosto 14, 2006

REGRESANDO A LA COTIDIANEIDAD DE LA CIUDAD

Lo primero que he hecho al llegar a casa después de estos días de ausencia ha sido prescindir de mi maleta, mi abrigo, mi bufanda y todas esas cosas que me traía a cuestas, para luego hacer sentir mi presencia pues el hijo prodigo había llegado nuevamente a casa. Y me dieron un golpe bajo, pues nadie salió a recibirme pues la única persona que en ese momento se encontraba era la señora del servicio domestico –gracias seño, por tal recibimiento- quien fue la única que me sorprendió con mi platillo favorito que ya esperaba por mí hacia varios minutos. Y mientras le metía diente y compensaba la sub alimentación de las ultimas semanas, me preguntaba dónde estaría el padre de familia. Donde estaría la gente que me ha hecho creer por tanto tiempo que soy su amigo favorito, su compañero de juerga, su alma gemela... pues ni mensajes telefónicos, o correos electrónicos me habían dejado.

Paso un buen rato hasta que llego mi padre. Aclaro que aunque yo nací en la ciudad, parezco un hijo campechano debido a que no me conformo con un simple apretón de manos, sino con abrazos afectuosos y besos espontáneos, esperando una muestra reciproca que me haga saber que también me han echado en falta por varios días. Por fin recibí un poco de la atención y el cariño que me hacia falta, mientras contaba con mucho detalle todo lo qué me había pasado en los últimos días, me imagino que tan aburrido (¿?) habré sido porque antes de acabar de poner al día con mi historia mi padre volvió por donde había llegado y me aviso que llegaría algo tarde, también me “sugirió” que busque a mis amigos.

Tuve la gentileza de avisarle a mis amigos que llegaría convenientemente temprano, como una indirecta para que esperaran por mí pacientemente y me incluyeran en sus planes, pero: ¡oh contrariedad!, seguía en casa mosqueándome, y maldije mi suerte debido a tanta descortesía amical. En fin, luego de tomar una ducha caliente, me metí a la cama algo enfadado, recordando aquella táctica que de pequeño usaba cuando estaba disconforme con algo.

Desperté luego de varias horas, y aun no me sentía del todo descansado y como ya había caído la noche, me aterro la idea de quedarme en casa y me trague mi orgullo –como siempre- y tuve que llamar a alguno de mis amigos para hacerle “recordar” nuevamente que ya estaba en la ciudad y que andaba disponible por la noche.

Mientras hablaba con uno de mis amigos me entere que alguien a quien había querido mucho al parecer yo no había causado la misma impresión porque ya andaba de nuevo en las sendas del amor, el solo imaginar eso me hacia recordar todo lo que habíamos pasado y que aun yo no estaba listo para empezar o aventurarme de nuevo en el mundo de los ligues, pero que todos no tienen el mismo nivel de tolerancia o nostalgia que yo. Quizás no trascendí tanto en su vida como pensaba, quizás no fui tan importante como me lo hizo creer, pues si bien mi familia estará para mí siempre, mis amigos estarán para mí siempre que los busque, pero esas personas que uno piensa que te cambian la vida y que nunca olvidaras, quizás solo fuiste para ellos uno mas.
Central de Quejas
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