SERIES PARA EL RECUERDO: "FELICITY"

Es muy probable que el secreto de Felicity haya sido en la manera como cuenta la historia de alguien que por un impulso cambio su vida y se ve de pronto enfrentando el destino. Eso en verdad no tiene nada de nuevo para nosotros, pero para el gringo medio es tan extravagante como que a los peruanos nos hablen de estabilidad laboral o un mundo sin coimas. En “América” la norma es planificarse la vida desde el kindergarten hasta la jubilación. Felicity (Keri Russell) era una de esos, hasta que...

Ella, provincianita chancona (estudiosa), ya tenia asegurada una beca para estudiar medicina en la aristocrática Universidad de Stanford en California desde antes de su fiesta de promoción. Así que él ultimo día de clases –que es un día en que la gente se pone especialmente simpática y accesible- la niña se le acerca por primera vez en su vida a Ben (Scott Speedman), el “cuero” de la clase de quien ha estado enamorada en secreto durante cuatro años, para que le firme su álbum. Y con su mejor sonrisa, Ben no solo le pone la dedicatoria. Escribe en el álbum de Felicity que siempre la ha admirado y ha querido acercársele pero no ha sabido como. Así que, encima de “cuero”, era tímido y sensible.
Y aquí empieza todo.

La dedicatoria hace que Felicity se precipite y decida jugársela: deja la medicina en Stanford –el plan de su vida- y se embarca para la Universidad de Nueva York, a seguir a Ben sin que él lo sepa. Sus padres, lógicamente, le dirán adiós y que se las arregle. Ahora, Felicity no sabe ni siquiera que estudiar, ¿medicina todavía, arte tal vez?
¿A quien no le hubiera gustado en algún momento de su vida dejarse llevar por el “bobo” hasta ese extremo?

Y Felicity cambia su vida de la noche a la mañana. Todo por un sueño que tal vez no ocurra nunca. Se va a una ciudad lejana, a una universidad extraña, a enfrentar un futuro incierto. ¿Habrá hecho una estupidez? ¿Se habrá vuelto loca? Un poco tarde: todas esas preguntas se las hace cuando ya esta en Nueva York. ¿Y ahora que?
Pues, nada, simplemente a empezar a vivir. Felicity, Ben y todas las personas que irán entrando y saliendo de su vida están todas embarcadas en lo mismo: acostumbrarse a la idea de que es hora de empezar a ser adultos independientes. ¿A alguien le suena fácil eso? Levanten la mano.

Pero Felicity hará bastante mas que perseguir al chico de sus sueños. Se meterá en líos, se enamorara, se desenamorara, se volverá a enamorar. Se hundirá en la más espantosa confusión y saldrá para empezar a armar una nueva vida para ella, que sea lo que ella realmente quiera.
Y es que en Felicity todos son tan complicados que nos lo creemos. Se la pasan sin saber que quieren, y eso le pasa al 99% de la gente. Hay de todo, como en botica. El perseguido Ben termina de novio de Julie (Amy Jonson), una de las mejores amigas de Felicity, y Felicity se involucra con Noel (Scott Foley), consejero y amigo, que por ella deja a Hannah, su novia pianista. Elena, la otra amiga de Felicity empieza a salir con su profesor, y encima de todo, Meghan, la compañera de cuarto de Felicity es medio brujo y les anda haciendo hechizos a todos. Pero gracias a uno de esos hechizos mal hecho, Felicity y Ben por fin se besan. Así que, como están las cosas, ahora Felicity esta en un dilema: no sabe si irse a Alemania con Noel o cruzar América con Ben –porque los dos ya están enamorados de ella y cada uno le ha propuesto que se venga de mochila.

¿Enredado? Y eso que la estoy resumiendo, pues también esta Elena (Tangi Miller), una negra despampanante que es la amiga chancona de nuestra heroína. Pero todo esto lo ordena la misma Felicity. Tiene una misteriosa amiga a la que le manda unos cassettes en los que le cuenta todo, absolutamente todo. Y la narración encuentra en este hábil recurso el hilo conductor necesario para tanto alboroto.

La gente de Felicity parece tan real porque es más loca y sus decisiones mas descabelladas. Y eso además gusta mas: nos gusta ver en la tele que la gente pueda ir decidiendo y cambiando su vida a cada paso. Así, medio en broma medio en serio, Felicity, que es un poco comedia y un poco drama, un poco de serie y un poco de telenovela, ha ido engatuzandome tanto que ahora la recomiendo con mucho entusiasmo.