CIERRE DE SABADO POR LA NOCHE

La tarde del ultimo sábado presagiaba un día tranquilo y sin aspavientos, sin muchos planes para la noche pero eso no me preocupaba, como mi auto tiene aficiones de Nosferatu y le encanta chuparme los pocos centavos que me ha dejado luego de su adquisición, me vienen bien unos fines de semana austeros.
Antes que caiga la noche sucedió el imprevisto, me informaron que mi grupo de amigos iría a una discoteca porque “las flacas querían bailar” y esa idea no me apetecía por el gasto añadido de la noche, así que empecé a mover los hilos de mis influencias a través del teléfono, llamando a mis amigos para convencerles de programar una velada tranquila en alguna casa, con vinito de caja para hacer sangría y así ahorrarme unos chivilines. Y mi encanto surtió efecto, ya que les convencí de auto invitarnos a casa de Alexander, hasta Sol de la Molina, nuestro punto de encuentro en noches horteras. Todo bien.

Luego, cometí excesos previstos solo para un anfitrión y se me ocurrió llevar a la reu, a mi nuevo amigo Danny, de paso que conoce a mis amistades y así lo jalo poco a poco a mi mancha. Finalmente desistí de esta idea en la noche, antes de meterme a la ducha, para entonces no tenía muchas ganas de salir, pero aun así me pegue un buen baño.

Mientras me vestía sonó el teléfono y como pareciera que soy el único habitante de mi casa, corrí para contestar a tiempo llevándome toda una sorpresa. Del otro lado estaba mi mejor amiga, la rojita Maggi: Nuria, y del otro lado en realidad, pues su casa esta casi al frente de la mía. Ya les he comentado de ella en post anteriores, pero como si fuera la primera vez; me emociono mucho su llamado porque luego de abandonarnos (a sus señores padres y a mí, “su amigo querido”) para irse a vivir con su noviecito hasta la lejana y calurosa Piura (nota geográfica: Piura es una ciudad al norte del Perú, cerca de Monilandia... que diga, de Ecuador) de donde no nos llegan visitas suyas muy constantes. Bueno, ella se encontraba en Lima apenas hacia pocas horas, en su casa o sea, a escasos metros de donde me encontraba, y como su viaje era relámpago no quería irse sin antes pasar a visitar a este pechito.

- ¿Tienes algo que hacer? -, me pregunto.
- Nada de nada, estoy free toda la noche -, respondí.
- Bueno, pasa por acá de inmediato -, me dijo.

Ella desde que se fue a Piura el mes de febrero solo ha podido regalarme 4 visitas (incluida esta), así que no lo pensé dos veces y corrí a su casa, luego de terminar de vestirme, para ponernos al día con nuestras vidas, los sucesos del barrio y de nuestros amigos (pero en mi versión).

Para mostrarle las bondades de mi nuevo mejor amigo motorizado, la lleve a dar unas vueltas por la ciudad (exagero, por el barrio), y termine llevándola a “Pascuale Hnos.”, pues novedad para ella probar los mejores sanguches y butifarras peruanos.
Nuestro pedido:
(Nuri) Sanguche de pavo Pascuale y mitad de un Sanguche de asado, con yuquitas fritas y chicha morada de maíz, como dios manda.
(Este pechito) Sanguche de lomo saltado y mitad de un Sanguche de asado, con boliyucas y papas sancochadas.

No bebí nada porque tenia un as bajo la manga, los jugos, si, nuestros favoritos desde cuando éramos peques y la mama de Nuri -que pensaba que éramos noviecitos (linda la “Seño”)- nos llevaba a “Las 4 estaciones” del cruce de Las Artes Norte con Aviación, y como esta cerca de nuestras casas hemos probado las cuchucientas combinaciones de jugos de frutas del lugar. Unas vez ahí –que mono mi chachi car me lleva a donde quiero- me pedí un jugo de Naranja y maracuya (uno de mis favoritos) y la rojita ya no quería nada, pero aun así le compre uno igual al mío que bien que se lo termino camino a su casa. Una noche tranquila de esas como me gustan, aunque sentí un poco de nostalgia por mi chela (cerveza) querida, jaja.

Bueno, en el transcurso de la noche le conté mis últimos acontecimientos personales (la vida, milagros, desamores e ilusiones de quien escribe); también me entere, que ella piensa seguir conviviendo, nada de matrimonio por ahora (¡esa es mi amiga!), que su noviecito esta tentando un trabajo para una empresa brasilera y si le aceptan se tendrán que mudar (¿Cómo dice que dijo?, o sea, ¿“él” te lleva de equipaje?, ¡ni cagando... me opongo!, pero hace mucho que me di cuenta que no tengo vela en ese entierro), justo cuando ella consigue un buen empleo de su especialidad –es diseñadora de interiores- y trabajo bien remunerado en las cálidas tierras del norte, en fin. Lo demás fueron temas personales e intrascendentes para los lectores.

Una buena noche y no fui el único que disfruto con la visita porque el domingo ella asistió a una improvisada parrillada en casa de otra de sus amistades para luego volver a su hogar, allá en el norte. Por lo demás, mis amigos están furiosos porque no se me ocurrió asistir con Nuri para allá, pero bueno, será para la próxima, por lo pronto han jurado vengarse de mí. Veremos que pasa.