DELICIOSA ABERRACION

El matrimonio perfecto: el chifa y ...

Tengo un par de (malas) costumbres adquiridas con el tiempo que hablan sobre mis manías a la hora del ritual de la comida, quienes me conocen ya saben de mis mañas pero cuando les cuento a personas ajenas recibo unas expresiones de indignación, asombro y asco. Pero deben entender que estas artes hablan del tipo de persona que soy yo, aquí empiezo:

- Pavo una vez al año: No disfruto mucho del sabor del pavo, suficiente comerlo una vez al año; en navidad o bien en fiestas patrias, no más. No lo tolero mucho y cuando lo como lo tengo presente y me acuerdo de la fecha para evitar comerlo dos veces en un mismo año. No se como explicarlo, su sabor es tan soso que no va para nada con mis gustos.

- Si cocino, te largas: Usualmente con mis amigas(os) nos reunimos a cocinar en casa (no todo es diversión), en la cual hacemos un menú del que cocinamos íntegramente todo. SI yo cocino detesto que estén jodiendo como moscas en la cocina, o sea, ayuda picando... pero en otro lado. Me gusta tener el control de todo el ambiente así que para evitar líos yo me encargo exclusivamente de un plato y los demás... de lo demás.

- Pan con mantequilla: Tengo un extraño gusto cuando tomo el té; me gusta tomarlo bien caliente y bien cargado, hasta ahí no tiene nada de malo. Lo poco usual es que me gusta acompañarlo de pan untado con mantequilla, el cual sumerjo en el té caliente. Acto seguido me como el pan todo húmedo y me bebo al final el té todo grasoso.
¿Desagradable? Para nada, es una deliciosa aberración. Cuando mi hermano me ve en semejante faena me dice: “¿Cómo puedes hacer eso?, pareces cholo.”

- Embarrada de palta: Necesariamente si como palta en el desayuno debo hacerlo con pan francés, cojo media palta y un trozo de pan, con el cual “raspo” la palta y directo a la boca. El resultado es una embarrada gratuita pero sumamente gratificante.

- Panetón a peñizcos: Para navidad el panetón (fruit cake) es un clásico y necesariamente tiene que ser un panetón D´Onofrio porque sino me resiento. Pero lo tengo que comer a peñizcos, nada de porciones estándar conmigo.
Para la cena navideña a la luz de las velas, colocan en la mesa generosas tajadas de panteón a un lado y para mí... un panteón entero del cual voy comiendo a peñizcos discretos. Se siente tan bien arrancar pedazos con la mano. Toda una delicia inexplicable.

- Chicha morada como Dios manda: Como buen limeño, para beber nada mejor que la deliciosa chicha morada de maíz, ese sabor tan refrescante es mejor que cualquier bebida gaseosa o refresco artificial. En caso que deba escoger una gaseosa me quedo con una Inca Kola heladita y burbujeante, ¿qué mejor bebida para abrir el apetito?. Inigualables.

- Antes que hamburguesa o pizza... ¡chifa!: Creo que en otra vida fui un perro chifero porque me encanta la comida peruano-chino cantonesa (o sea, chifa pues), necesariamente una vez a la semana debo comerlo, en caso contrario me doy una escapada a algún chifa favorito a degustar del: pollo Ti-pa-kay o el saltado de camarones a la naranja y siempre acompañado de una porción de nabo encurtido (que por cierto también sé preparar), y todavía es muy saludable para el organismo: ¿Qué mas se puede pedir?

- Para mi cumpleaños, sangría: Siempre hago alguna juerga para celebrar mi cumple y para variar la clásica cerveza, incluyo deliciosa sangria helada con manzana y piña picada, adoro el vino y tengo mejor aguante que cualquiera con él. Así me aseguro que todos se embriaguen antes que yo para cuando empezamos a beber cerveza.

...la Inca Kola. Que delicia.

Como ven, es cierto el cliché ese de que a los hombres se les conquista por él estomago, yo deliro por la comida y tengo cada manía que da miedo. Haber si la persona que tanto me gusta lee esto y lo pone en practica, así me tendrá por siempre a sus pies.