Y AHORA... ¡EL COTILLEO! (Parte 1)

Viernes 24
19:50 pm. Envío tres e-mails a Xandro, Arturo y Dunkin esperando que al menos dos de ellos se animen a acompañarme en mi odisea nocturna. Iluso yo. Katty inubicable en su casa; muy tarde para ella, sera en otra oportunidad.

20:40 pm. Me empincho porque nadie me llama para confirmar, me trago mi orgullo y llamo a casa de Luisao para chequear que planes tienen. Me informa que Juanxo, Sergio, Fabi y ¡¡¡Katty!!! iran a mover las caderas en Lava Lounge y que “si quiero” me acople. Me niego en africano (¡Mopongo!) y le comento que nosotros (léase: Xandro, Arturo, Dunkin y yo, alias “Los pavos Rangers”) tenemos otros planes. Cuelgo el teléfono antes que me pregunte: “¿A dónde van a ir?”, no estoy para ironías.

21:?? pm. Me llama por teléfono Arturo para avisar que “lo esperen”, me informa que había hablado con Chato Juampi y que este también deseaba unirse a la fiesta de genero, pero que le “consigan pareja” pues no quería ir de single. Por eso son mis patas, siempre se puede contar con ellos.

21:?? pm. Llega Dunkin a mi casa y lo primero que me pide es que le invite cena (¡conchan! o confianzudo para mis lectores de fuera), aprovecho y como algo yo también, luego me meto a la ducha.

22:3? pm. Bañado, vestido y perfumado bajo al living, donde Dunkin debate sobre la pastilla del día siguiente con Xandro y Juampi (ambos tienen flaca) mientras escuchan New York City Boys de Pet Shop Boys, la escena me parece comiquísima. Y mientras bajo las escaleras me piropean. Todos nos cagamos de risa.

23:0? pm. Nos burlamos de la camisa que luce Xandro, una marrón media putona que le queda al cuete (apretada) y no deja nada a la imaginación. Él se excusa que se la regalo su flaca y nosotros nos hacemos los desentendidos. “¡¡Sí cuñao!!”. Llega Arturo pero no le dejamos entrar, que se quede afuera por impuntual, y mientras nosotros salimos el que vaya buscando taxi.
Una vez dentro del taxi, comprobamos que se ha vengado, mientras él va sentado muy cómodo adelante, los demás vamos apiñados atrás.

23:2? pm. Calle San Martín, en Miraflores. Entramos a “La vaca” y el primer desencanto: el lugar esta repleto, no divisamos una sola mesa libre. Xandro propone hacernos un ladito cerca de la barra, pero no me parece buena idea. La gente no respeta tu espacio vital y a esas alturas del partido es con otras intenciones.. Segundo desencanto de la noche: la gente te mira de arriba abajo sin concesión, delirio por las novedades le dicen. Y nada, que uno no tiene espíritu de exhibicionista y no tiene que tolerar estas cosas.

¡Reunión de los pavos rangers en el acto!-, dice Xandro.
Gracias a nuestra pericia en los codazos logramos hacernos un lugar en un extremo de la barra, como queríamos aunque no conseguimos mesa ni sillas, parados a un lado pedimos –proféticamente- solo una jarra de chela. De inmediato a darle una mirada mas detallada al lugar y a la gente.

- Oye, ese huevon es de la universidad –, dice Dunkin
- ¡Caraxo no señales! –, increpa Xandro
- ... llevamos laboratorio de “microbio” –, agrega Dunkin
- Estará pensando que eres de su gremio –, comenta el chato
- ¡Yo me largo! –, nuevamente Dunkin.
- ¡Lárgate! –, agrega sabiamente Arturo

- ¿Caraxo no querías bailar? ¡Anda baila pues! – me dice Dunkin
- ¡No me jodas! – respondo
- ¡Chupale el ojo! – dice Xandro
- ¿Por qué no vamos a otro lado? – propone Juampi
- ¿A dónde?, ¿a tu casa? – dice Dunkin
- ¿Mejor a casa de tu hermana la wapa pero ....(o sea Techi)? – replica Juampi (Ustedes saben: "Donde hubo fuego... ")
- ¡Que les den por el culo a todos! – dice Arturo mientras se va.
- ¡Oye no seas escénico! – le grita Xandro lo suficientemente alto para que la gente que nos rodeaba se gane con el pase.

23:4? pm. Me vi saliendo de la mentadísima “Vaca” mientras la gente miraba, sintiéndome de todo menos liberal y muy infantil.

Nos volvimos a reagrupar en la Av. Larco y no estaba molesto, solo intrigado ya que quería saber que caraxos había pasado con el imbecil de Arturo, que se desahueve y desembuche todo de una puta vez. Bueno si, estaba algo molesto ya que derramaba deliciosas palabras a diestra y siniestra (síntoma de mi humor).

Luego de una breve recriminación decidimos no dar por terminada la jornada nocturna e irnos a un lugar que nos guste a todos pero mas “neutral”; total, no siempre se tiene suerte en esto de los ligues y como ven, mejor solo que mal acompañado. Terminamos en Mochileros, en donde bien atrincherados y comodamente en una mesa y luego de varios sorbos de cerveza nos dimos cuenta que el secreto para que un hombre no este mosqueado y con el morro largo son unos buenos vasos de cerveza, que definitivamente nos cambian de humor y nos hacen un poco mas sociables con nuestros compañeros de género.

Cuando pelean las mujeres los patas pensamos que lo hacen por tonterías, cuando pelean los hombres las flacas piensan que son unos infantiles. Leí en el blog de Gir algo que decía mas o menos así: Que cuando pelean dos mujeres estas pueden despedazarse verbalmente pero nunca llegaran a hacerse daño. Eso es signo inequívoco de madurez. Pues que algunos hombres necesiten de una ayudita dorada y burbujeante nos habla de quien se benefició mas en la evolución. Igual: ¡Oda a la cerveza heladita y refrescante!