BENVINGUT DESEMBRE

No sé de ustedes pero a mí el mes de diciembre me gusta mucho y no solo porque es el mes navideño en el cual nos ponemos especialmente contentos y muy melcochosos. A mí también me recuerda el inicio de las vacaciones, el obligado bronceado, cava, el sol cálido, las bermudas y polos ligeros, el fin de año, las uvas, la cena navideña, entre otras cosas igualmente agradables.
Definitivamente es el mes que me embuto mas en todo el año pero por suerte mi cuerpo aun lo resiste, beneficios de juventud le dicen. Y es que esa ultima semana del año se convierte en una apología a la glotonería, pues comemos mas de lo necesario y lo almacenamos en redondas formas alrededor de la cintura, el ejercicio en enero es básico para poder ir a la playa con soltura.

Además las prometidas vacaciones son un estimulo fundamental para hacer bien las cosas en el tramo final del año en lucha de aquella recompensa que me permita dormir hasta el mediodía sin remordimientos, usar chanclas por las tardes, acostarme mas tarde de lo debido (mas aún), una buena lectura (aun no consigo el libro, pero uno de estos días), tardes soleadas sin hacer mucho hasta que acabe el año y hacer ese balance personal que siempre me deja pensando en las cosas que he hecho, las metidas de pata que he ocasionado, los problemas que me he ganado; pero como les digo, el mes de diciembre es excepcional para redimir aquellos errores porque me pone de un carácter más accesible, sonrisas por las calles, piropeos al vuelo y mucho buen humor. Definitivamente para enmendar aquellos deslices que a lo largo del año me han tenido preocupado con una dosis de engreimiento inusitado, nuevamente es justo y necesario.

No sé si les había comentado pero no soy playero que digamos, al menos no como la mayoría de limeños que se lanzan a las playas todos los días a tostarse cual lagartijas al sol. A mi me gusta la playa pero con moderación y también darme un poco un color para no desentonar pero sin exagerar, y claro, ya estamos haciendo planes con la gente para irnos a "playear" ni bien terminemos con nuestros compromisos académicos, laborales o lo que fuere. Además hay una estadía playera prometida para antes que acabe el año de la que me quiero librar porque siempre ando buscando una buena segunda mejor opción.

Las navidades de este año serán muy especiales, ya que será una reunión extra familiar para compensar lo pequeña que es mi familia. Caras nuevas con quienes no pensé compartir una cena navideña y cristalinas burbujas en ebullición. Además será fuera de la ciudad, lo cual es un adicional pues como manda la tradición en casa, nos vamos hasta Chaclacayo para pasar fiestas en un ambiente campestre y rodeados de ese verde que me gusta tanto.

Y finalmente para año nuevo la salida prometida, a la fecha tengo dos planes pero ninguno me convence a cabalidad porque carezco de ese espíritu playero en un caso, y por el excesivo gasto injustificado en el segundo; recuerden que aun sigo algo gastado por la adquisición de mi “chachi car”, pero a donde yo vaya me lo llevo pues esta pagando su precio. Por otro lado el destino final no me preocupa, los mejores planes suelen salir al garete y acoplarse a ellos es mucho mejor porque no sabes lo que te espera y de eso precisamente tratan las aventuras de fin de año de dejar la monotonía atrás.

Una frase que he comentado mas de una vez (y ha sido hasta titulo de un post) hace referencia de lo que despierta en mi este mes de relajo en el que habrá: “Música en el aire, castillos en la arena y alguien totalmente inesperado en –esta- mi fiesta.”
Que diciembre despierte en ustedes muchos ánimos para enfrentar este último mes del año y prepararse para el que le precede: que de seguro será mucho mejor. Así lo creo yo.