ZOOFIESTA: NOCHE DE GALA

La semana pasada llegaron a casa dos elegantes invitaciones formales para mí. El motivo: mi buen vecino “Coco” B. Se graduaba de la Escuela Profesional de Ingeniería Civil de la Universidad Ricardo Palma (“la Richi”). Mi reacción inicial de sorpresa, pues Coco es un vecino y (ahora) buen amigo que vive a dos calles de casa. Aunque mis vínculos amicales con él son netamente deportivos (frecuentábamos el mismo gimnasio) y pese a que él no conoce mi circulo de amigos ni yo el suyo; aún así me invitó a la ceremonia de graduación que se celebraría la tarde del domingo (recién pasado) en el moderno auditorio del colegio San Agustín y no solo eso, gentilmente me hizo llegar una invitación adicional para que no llegara solo a tal evento.

¿Uhmmmm... quien ha hecho meritos suficientes para hacerse acreedor a este premio? (pensé). Mi primera opción fue el “chato” Juampi, pero me choteó porque debía trabajar esa tarde, luego le dije a la “chata” Ivi (estoy rodeado de puros chatos) pero hasta el día de hoy no me devuelve la llamada, finalmente le dije a Texi y ella no se lo pensó dos veces, me atracó al toque. Ya tenía pareja para no llegar solo y no pasar por autista.
¿Y ustedes pensaran: si buscaba pareja porque invitó al chato primero? Fácil, "el chato" –pese a ser demasiado chato para mi gusto- es un rubicundo muchacho que esta paseable, presentable, lucible, fácilmente corruptible (insertar carcajadas aquí).

Llegado el domingo entré en faena (dicese cuando este pechito se esmera en su apariencia personal), lo usual: corte de cabello, afeitada hasta tener la cara cual poto de bebé y vestimenta para la ocasión sin desentonar; no es porque yo lo diga pero quedé muy guapetón –gracias Texi por esos piropos y por dejarte opacar-. Hablando de ella, cuando pase a recogerla me insistió en que debíamos comprarle un presente para el agasajado. Me negué sabiamente porque ustedes saben como son las flacas con las compras y porque no soy un condenado al volante, entonces ya estábamos tarde para la hora de inicio de la ceremonia –4:00pm- y para la hora peruana de la ceremonia –4:45pm-, dejamos atrás las formalidades.

Tras que llegamos tarde, la ceremonia empezó mas tarde aun. Luego me enteraría que el retraso fue por obra y gracia del capellán... (insertar comentario anti-católico y dos insultos de mediano calibre aquí).
La ceremonia empezó con la presentación de la promoción mientras se oía Bitter sweet symphony de The Verve (inicio dramático) y se hizo casi nada tediosa con los discursos –decano, rector, capellán, padrino, miembro honorario, presidenta de la promoción, primer puesto de la promoción y alumnos espontáneos-; la graduación fue típica y entretenida, aunque los mejores momentos fueron tres: La ceremonia de la luz (auditorio a oscuras y graduados aparecen por las graderías con linternas en la mano), la presentación de los noveles ingenieros (se abre el telón y los ahora graduados aparecen con sus cascos de construcción –típico de los ingenieros civiles-, y él más emotivo de todos fue un video que conmemoraba y enfatizaba el burlesco nombre con el cual se había bautizado la promoción: “Amigas ante todo” jajajaja, es broma, quise decir: “Construyendo un nuevo mundo”.

El video proyectado en pantalla gigante consistía en una larga secuencia de imágenes que se sucedían una tras otra acerca del poder que hay en cada uno de nosotros para cambiar el mundo y convertirlo en un lugar mejor. En el mismo se aconsejaba: vivir, crecer, aprender, respirar, encontrar nuestra verdadera vocación en la vida, ser buenos vecinos, darle siempre monedas a los niños, reír sin concesión, llevar el peinado que mas nos guste, amar con intensidad sea del color-edad-orientación que sea, construir una casa, querer a nuestros padres mientras estén en la tierra, nunca perder la fé, disfrutar de la música, bailar, encontrar una forma de expresar nuestra individualidad, tener una mascota, trabajar con dedicación... entre otras cosas. Me dejó impávido el video, pensé que me lo decían exclusivamente a mí. Y cuando miro a Texi caigo de mi nube: se estaba secando sus lagrimas; cómo ven, causó similar efecto en mas de uno –¿me pregunto como estarían esos padres?: llorando a mares de seguro-. Y no, no soy el centro de “mi” propio universo.

¿Y Coco? Si, se graduó y aplaudí a rabiar mientras eso sucedía, además dijo unas palabras al publico sobre los avatares académicos para convertirse en ingeniero civil.

Luego de la ceremonia hubo un clásico –aunque austero- brindis de honor. Felicitamos in situ al nuevo profesional, conocimos a su increíble familia y a sus no pocos amigos. Luego de las fotos de rigor (también nos sacaron una con el caso de ingeniero a Texi y a mí) fuimos invitados por la orgullosa madre de Coco a un brindis más íntimo en News Café. No pensaba asistir por mi política de no beber cuando voy tras el volante y porque al día siguiente –lunes- debía rendir un examen para mi universidad querida, pero “Teresa tiende la mesa” no se lo quería perder, así que caballero nomás.

Pese al nombrecito, News Café (primera cuadra de Sta. Luisa, entre Conquistadores y Camino Real), el lugar estaba muy paja aunque algo caro para un par de bocattas. La familia B. se portó con la ronda de brindis con Asti Riccadonna (dos botellas porque éramos 12 adultos y 2 niños), en la que solo pude remojar mi lengua debido a mi política de buen conductor, una fuente de jamones y encurtidos, y una fuente de piqueo salado (pastelitos de choclo y carne, empanadas de verduras, pastelitos de acelga, micro pizzas); a los cuales casi no pude ni meterles diente debido a que desaparecieron más rápido de lo que llegaron. Así que tuve que hacer gala de mi caballerosidad para que la Texi no se me desnutra.
¡Pobre de mí! Se suponía que ahorraba para mi viaje de fin de año pero parte del esfuerzo fue dilapidado en poco tiempo.

Para Texi: un quiche de champiñones y espinaca, un embajador de alcachofas y jamón serrano. Para beber un ruso blanco (¡¡epa!!), naaa, no es lo que parece, un cóctel de Kahlua y vodka, y una caiphirinha. Menudo lío, aunque haciendo honor a la verdad, el embajador casi no lo probó pues fue casi arrebatado de su plato por uno de los mocosos y sobrino del festejado.
Para mí: un austerísimo pollo teriyaki y limonada “de la casa”. En fin, solo se vive una vez, dicen por ahí. En contraposición, fumé como chino en quiebra.

De regreso a casa, obligué a mi hermano y a su flaca a escucharme sobre lo mucho que me había divertido y todo lo que había sucedido en la ceremonia (con mas detalles de los que les he contado a ustedes). Como premio consuelo, el examen el día lunes, jajajaja, es broma. Me puse a pensar que mi amigo Dunkin esta terminando ahora la universidad, si es que no se lo han tronado de Topografía y/o de Enfermedades Infecciosas (cursos pichiruchis para este pechito); y que será una ceremonia de graduación a la que no dejaré de asistir.

Además, ya sé a quien invitar para la próxima vez que tenga un evento como este. Ustedes que creen: ¿Texi?, ¿Coco?, ¿Ivi?, ¿Juampi?